El Consulado de Rumanía en Ciudad Real celebró este jueves por anticipado la Fiesta Nacional de Rumanía, en un ambiente lleno de solemnidad, rememorando los acontecimientos históricos que propiciaron la consagración internacional del Estado rumano.
La cónsul Florența Ciobotaru dirigió unas palabras a los asistentes para explicar el significado del día 1 de diciembre para la nación rumana y remarcó “la cooperación bilateral privilegiada entre Rumanía y España, como socios estratégicos comprometidos y fiables, en una multitud de ámbitos, en beneficio de las políticas, las economías y sobre todo de los ciudadanos de ambos estados.” También ha reiterado “el excelente nivel de integración, en el paisaje local de Castilla-La Mancha, del colectivo rumano, un sólido puente entre las dos sociedades, el motor de la actividad del Consulado de Rumanía en Ciudad Real”.
Al acto institucional asistieron numerosas autoridades locales, provinciales y regionales. Entre ellos: el alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, miembros de la corporación municipal, la presidenta de la Audiencia Provincial, Maria Jesus Alarcón, el senador por Ciudad Real y alcalde de Daimiel, Leopoldo Sierra, y un largo abanico de representantes de las autoridades civiles, militares y judiciales. También estuvieron presentes profesionales del ámbito académico y empresarial y líderes de la comunidad rumana en Castilla-La Mancha pertenecientes a asociaciones socio – culturales rumanas, docentes del Curso de Lengua y Civilización Rumana y clérigos de varias confesiones.
Posteriormente, “y para extender la excelencia interpretativa y la multiculturalidad”, se desarrolló un concierto del grupo musical Patrioskas, afincado en Albacete, que interpretaron un amplio repertorio de piezas de folclore rumano reinterpretado, en una actuación llena de energía y originalidad.
Si la oposición no estuviera aún en shock tras la tunda recibida en mayo, estaría denunciando, como es su deber, el jolgorio que se trae este equipo de gobierno, de fiesta en fiesta, de conmemoración en conmemoración, prendiendo el tiempo yendo de un absurdo sarao a otro, en lugar de atender los muchos problemas que tienen a esta ciudad sumida en la más absoluta decadencia.