Jesús Millán Muñoz.- En estas semanas últimas, de vez en cuando, me encuentro con algún reportaje, crónica, artículo sobre tiempos de guerra y en tiempos de guerra, de una o de otra.
Del pasado y del presente, tanto de la guerra del Peloponeso, de la de Kadesh de los egipcios y de los hititas, de todas las que se señalan en el Antiguo Testamento, siempre pasando por las romanas, y, por no contar todas las que los humanos han ido soportando a lo largo de siglos, hasta llegar al siglo veinte, hasta llegar a las dos docenas, veintena, se dice que siempre el mundo soporta, década tras década, siglo tras siglo. Pero también ahora, con los altavoces de las dos que se están dando, diríamos en la cuenca Mediterránea…
Mis escritos tendrían más aceptación, si como casi todos los columnistas del momento, cientos, porque son o somos cientos en activo, cobrando dinero o sin cobrar, pero cientos son profesionales, porque cada semana, al menos, redactan una ristra de palabras, desde trescientas a mil, algunos se pasa, y llega a mil doscientas…
Tendría más aceptación mi firma y mi pluma y mis chorizos de ideas e imágenes y conceptos, si tratase todos estos temas, desde una vertiente o de otra, los temas de los conflictos que se producen en el mundo, en estos momentos, si tocase más las violas de los problemas sociopolíticos del momento actual en mi terruño. Si con las palabras entrase en la enorme plaza de toros, que durante estos últimos años, en estos días y semanas, está en el candelero de mi sociedad y de mi tiempo… Tendría más hueco y eco en los otros corazones…
Pero me digo, a mi mismo, ya hay cientos de sopranos y tenores y bajos tocando esos temas. No creo que pueda aportar algo nuevo que no hayan dicho ya ellos y ellas. Por otro lado, qué conocimiento real de las causas profundas y últimas, yo puedo conocer, o apenas tengo fuentes de información claras y evidentes. Siempre indico, no sé cuántas llamadas de dentro y de fuera reciben los actores principales de esta comedia y tragedia, porque ambas cosas es y son. Porque tendrá su resultado una trascendencia enorme con consecuencias para generaciones actuales y futuras… No sé, si los guionistas de esta trama nacional y regional son conscientes…
Ni siquiera sé, de las intenciones y razones y motivos y finalidades profundas. Porque un acto A, que parece bueno o medio bueno, puede tener muchas causas. Solo Dios sabe las intenciones profundas de los corazones… No sé, si existen suficientes personas, que quieren y quieran, que no caigamos en un conflicto de graves consecuencias para el futuro, y, eso es lo que están intentando, o, por el contrario nos están llevando a un conflicto de graves consecuencias para el futuro a corto o medio plazo de tiempo… No sé, no tengo suficientes datos…
De todo ello, me digo a mi mismo, las personas tienen que seguir bebiendo agua todos los días, durmiendo en sus camas, desayunando, tomando el sol en su piel… De todo ello me digo, las personas también, supongo que necesitan se les hable de otros temas. Quizás, quizás temas pequeños o medianos. Temas que ocurren todos los días, aunque no sean noticias y no sean actualidad. Que no sea el último discurso de un personaje famoso…
Por otro lado, ya saben ustedes, que no redacto textos, no me agrada insultar, ni herir, ni criticar negativamente a nadie. Siendo nadie, un concepto de persona individual, de grupo o colectivo, de estrato social o ideológico. Creo, deseo creer, que todo el mundo atraviesa esas paredes y piedras con buena voluntad y por buena voluntad… Aunque a veces, esos trozos de mármol parecen muy deteriorados y un poco ennegrecidos, por pasiones descontroladas, porque el bien existe, pero también el no-bien. No podemos ignorar que el mal existe, en distintos grados y cantidades y en distintos objetos y temas. La irracionalidad humana de no autocontrolarse de forma correcta sus propias pasiones y deseos y pulsiones y libidos e instintos, los siete pecados capitales, y, seguir las normas morales mínimas universales…
Añoramos la paz perpetua de Kant, añoramos la paz del cabrito jugando con la cría de león del Antiguo Testamento, añoramos la paz del Nazareno, añoramos una Autoridad Política Mundial, que sea aceptada en paz y en tolerancia y de mutuo acuerdo… Añoramos todo eso, y, mientras tanto, quizás, para hacer más dulce el presente y la realidad cotidiana, mientras tanto, redactamos artículos sobre gastronomía, sobre museos, sobre arte, sobre cosas pequeñas, sobre la tortilla…
La tortilla como símbolo de todo lo pequeño, pero sin eso pequeño, sin esa pequeña sal, sin esa poca cantidad de sal, la comida y el plato estaría muy triste y desalado y sin gusto… hablo de la tortilla, sabiendo que no tendrá tanta aceptación, pero desde ese punto de vista, intento obtener de usted una pequeña sonrisa, en su camino hacia el trabajo o el descanso…