La huella que han dejado las religiosas adoratrices en Ciudad Real es profunda, su presencia ha ayudado a muchas mujeres víctimas de trata, prostitución o violencia a salir adelante, a recuperar su autoestima… Próxima la fecha de la celebración del 25 N, ‘Día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres’, y cuando se cumplen 85 años de la llegada de esta congregación a Ciudad Real, se ha programado en el Antiguo Casino un merecido homenaje que ha consistido en una ponencia en la que se ha hablado de la ‘Realidad y retos de la violencia de género. Pedagogía del amor en adoratrices’, y un recital en el que han participado algunos de los poetas que firman sus versos en el libro ‘Palabras en silencio’ coordinado por Luis Díaz Cacho.
Antonia Pérez Cabrera, adoratriz, recordaba que en los primeros años que empezó a trabajar con víctimas, ‘nos costaba mucho ayudarlas porque no teníamos ni recursos ni leyes, hoy en día esto ha cambiado’. Antonia reconoce emocionada que lo más bonito ‘es escuchar a estas mujeres decir que hemos sido su apoyo y ver el cambio del ‘no al sí’, que sí son capaces, que sí pueden y que sí valen’.
‘Son un ejemplo y un orgullo’. Con estas palabras la concejala de Servicios Sociales, Aurora Galisteo, ha valorado la labor que hacen las adoratrices, porque si no llega a ser por ellas, ‘muchas mujeres no hubieran podido tener una segunda oportunidad, todas son mujeres luchadoras, un ejemplo de coraje y de valentía’.
La Congregación de Religiosas Adoratrices Esclavas del Santísimo Sacramento y de la Caridad fue fundada en 1856 por Santa María Micaela. Llegaron a Ciudad Real acabada la Guerra Civil, los primeros años fijaron su residencia en una casa ubicada en la calle Conde de la Cañada pero tal fue el aluvión de mujeres que llamaban a su puerta, que se realizaron las gestiones pertinentes para construir un nuevo centro de acogida y de reinserción en la Ronda del Parque (actual Complejo Residencia Guadiana Módulo I), centro que se inauguró en 1950. En 1993, las religiosas abandonaron estas instalaciones, aunque siguen desarrollando su misión en la capital.
La segunda parte del acto ha continuado con la lectura de poemas de Antonia Piqueras Jiménez, Begoña Mansilla (Manuel Muñoz), Diana Rodrigo Ruiz, Elisabeth Porrero Vozmediano, Eloísa Pardo Castro, Eusebio Loro, Juan José Guardia Polaino, Luis Díaz-Cacho Campillo, Luis Romero de Ávila Prieto, María José Redondo Sánchez-Migallón (Mayu), Pilar Serrano de Menchén y Teresa Sánchez Laguna. La nota musical la ha puesto el cantautor Vicente Castellanos.
