Julián Maldonado.- Ha muerto a los 85 años el luanquín Ramón Ángel Artime Gutiérrez, «Garrucho», un hombre tan poliédrico que serán necesarias varias líneas para describirlo: hijo de un pescador de Luanco tenido por sabio de la mar, licenciado en Químicas por la Universidad de Oviedo, empresario por un tiempo, alto cargo de una refinería de Repsol, goleador en sus años mozos para el equipo de fútbol de Cardiff (Gales), defensor de la energía nuclear, relativamente descreído de la teoría del cambio climático, llagarero en Bañugues, admirador de la cultura nipona, cantarín con un punto lírico y con el corazón futbolístico entre el Marino de Luanco y el Sporting de Gijón, donde vivió de niño y estudió hasta la entrada en la universidad. Deja una legión de amigos, viuda, tres hijos y seis nietos, que no serán los únicos que lamenten su muerte, pues Garrucho era un hombre tremendamente popular y conocido en Luanco, Gijón y Puertollano.
En Puertollano además de su trabajo encomiable en Repsol, presidió por varios años desde junio de 1985 a Junio de 1996 la Delegación de los químicos de Castilla-La Mancha, tanto del Ilustre Colegio de Químicos de Madrid, como de la Asociación Nacional de Químicos ANQUE, con sede en Puertollano. Durante su etapa se alcanzó en la ciudad el máximo número histórico de colegiados, pasando de 65 a más de 130 colegiados.
En 2008, por parte de la Delegación de Puertollano, fue propuesto al Ilustrísimo Colegio de Madrid como Colegiado Distinguido , cuyo reconocimiento fue llevado a cabo en la cena anual por la festividad de San Alberto Magno en Madrid.
