Con datos oficiales de hace una semana, las hectáreas anegadas de agua eran 534, a día de hoy se aproximan al millar dotando al humedal de un aspecto cristalina no visto desde 2004, aunque entonces los recursos hídricos procedieron exclusivamente del trasvase de la cabecera del Tajo. La instantánea de este 2009 sólo tiene parangón con la primavera de 1997. Sin embargo, quienes vivieron aquel momento de hace 13 años señalan que esta temporada puede superar incluso la situación de entonces.
La zona de uso público del parque presenta un postal del agua ahogando el carrizo e inundando toda la zona de pasarelas, el entorno de la Laguna Permanente y llegando al pie del mirador de la Torre de Prado Ancho, el segundo itinerario más visitado a 1.500 metros del centro de interpretación. Esta ruta y el sendero que conduce a la isla del Pan llevan dos fines de semana registrando un tráfico inusual de visitantes; vecinos de la comarca, turistas que replantean sus destinos y muchos aficionados a la naturaleza provistos de equipos fotográficos y algunos guiados por empresas de turismo activo que a dos meses de la Semana Santa aventuran que no darán abasto para prestar servicio a los demandantes. De hecho si en el corazón Las Tablas el flujo de personas por las pasarelas es constante, la zona de aparcamiento aparecía este domingo sin plazas obligando a muchos conductores a aparcar sus vehículos en la carretera de entrada al centro de visitantes.
Desde la torre de observación de la isla del Pan, fijando la mirada al oeste, afloran rodeadas de agua la isleta del grillo o las islas de las Yeguas, de las Zarcas y del Moreno. El caudal ya se filtra al otro lado del Morenillo y empieza a encharcar el tramo más occidental del parque, siendo la puerta de salida de Las Tablas, la presa de Puente Navarro, a casi 2 kilómetros del Morenillo. Ese lado oeste del humedal acoge buena parte de las 800 hectáreas que aún podrían anegarse (se estima que el parque está al máximo con 1.750 hectáreas inundadas).
Guadiana
Al ritmo actual con el canal del Cigüela rebosando en el valle de Los Toros se da por seguro que Las Tablas estarán a pleno rendimiento. Esto significaría que el encharcamiento llegaría hasta Puente Navarro y, como ocurrió en 1997 el agua podría saltar la presa y superar el último de los antiguos Molinos del Guadiana del término municipal de Daimiel (el siguiente es Flor de Rivera, territorio de Carrión de Calatrava). Pero la pregunta es si, como hace 13 años, el Guadiana correrá río arriba de Molemocho (molino de entrada a La Tablas) hasta Griñón. Ahora mismo ya sería posible si se despeja la tierra y maleza que impide el retroceso del agua por los ojos del puente de Molemocho.
La disyuntiva es, por tanto, dejar que el sobrante salga de Las Tablas río arriba o permitir que parte del agua remonte el cauce. De producirse esta segunda contingencia, se sofocaría de modo natural los incendios de turberas que han asolado más de 40 hectáreas del Guadiana en la zona de preparque; más efectivo sin duda que la compactación del subsuelo a través de maquinaria pesada o la derivación de agua sondeada desde los pozos situados en la ribera en fincas compradas en su día por el Ministerio. La decisión estaría en el alero de las administraciones competentes.