El pecado de la Opinión

No es fácil opinar y que el contenido o el fondo sea del agrado de todo el mundo. No es fácil pretender la libertad de opinión y verter opiniones libres. Menos fácil parece ser que es conjugar la libertad de opinión y la pluralidad en los medios de comunicación.
Tenía abandonado el noble arte de la escritura crítica, aquello de teclear letras para formar palabras, enlazar palabras para obtener frases y coordinar frases para expresar una opinión. Había cambiado, por circunstancias, la tecla por el micrófono, la escritura por la vocalización del verbo. Siempre he expresado con ellos mi opinión y eso me ha llevado a forjar mi “afición”. Hoy puedo decir con orgullo que tengo un nutrido grupo de conciudadanos que forman mi afición, como en el fútbol, aquellos que siguen a su equipo de referencia. Un servidor disfruta de gente que me ha escuchado y que ahora me leerá con atención. Unos lo hacen por seguir y compartir las líneas básicas de mis opiniones; otros para ver el sentido de éstas; algunos pretenden hacer crítica de ellas; y unos pocos, esos que viven de los demás y que no ven con buenos ojos que se critique la gestión pública, aunque sea con criterio y argumentos, son los que pretenden tirar de poder para callar una boca, unos dedos, en definitiva una inteligencia que razona por sí misma. Los primeros son mi afición, con los que estoy comprometido y agradecido. Los últimos son los que insultan la inteligencia de mi afición y la mía propia.

Hoy me hacen sentir que soy un pecador por emitir y acuñar opiniones y líneas de opinión. Pero, pido disculpas de antemano porque con total hilaridad, por el pecado cometido, me voy a definir como un “pecadoooor”, al más puro estilo de Chiquito de la Calzada…

Comienzo una nueva etapa en mi libertad de opinión, más que nunca sin pelos en la lengua, que espero que guste a mi afición y que no defraude a cuantos aquellos que no tienen nada que agradecer a nadie y que son tan independientes como el que suscribe.
                            
Opinión: (según la Real Academia Española)
(Del lat. opinio, -onis).
1. f. Dictamen o juicio que se forma de algo cuestionable.
2. f. Fama o concepto en que se tiene a alguien o algo.
~ pública.
1. f. Sentir o estimación en que coincide la generalidad de las personas acerca de asuntos determinados.
andar alguien en opiniones.
1. loc. verb. Estar puesto en duda su crédito o estimación.
casarse alguien con su ~.
1. loc. verb. coloq. casarse con su dictamen.

Afición: (según la Real Academia Española)
(Del lat. affectio, -onis, afección).
1. f. Inclinación, amor a alguien o algo.
2. f. Ahínco, empeño.
3. f. coloq. Conjunto de personas que asisten asiduamente a determinados espectáculos o sienten vivo interés por ellos. El equipo defraudó a la afición, a una afición que sueña con su primer título

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