El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha anunciado este miércoles que el Parlamento regional se traslada de su actual sede, en el Convento de San Gil de la capital regional, al edificio del Quixote Crea. Será en la próxima legislatura y se trata de una cuestión “de acomodar el espacio a las necesidades” para que algunos de los servicios de consejerías extendidos por el territorio “se vuelvan a concentrar en el Casco toledano”.
Asimismo, el presidente regional ha añadido que el nuevo uso de este espacio, que fue paralizado víctima de los recortes, “tiene que dar vida” a una zona “nuclear de Toledo” como Santa Teresa y Palomarejos.
García-Page lo avanzaba así durante la inauguración de las jornadas ‘Castilla-La Mancha hacia el futuro’, organizadas por Europa Press. Un foro que acoge el toledano Palacio del Cardenal Lorenzana y del que también han tomado parte algunos miembros del Gobierno regional como los titulares de Economía, Empresas y Empleo, de Desarrollo Sostenible y el vicepresidente primero, y el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), Julián Garde. Precisamente, a esta institución docente se ha referido el presidente para subrayar que se trata de una “referencia evidente de fiabilidad” y “un motivo de orgullo”, en una realidad en la que “cada vez abunda más el bulo”.
Durante su intervención, el presidente castellanomanchego ha presentado a una región “fiable” que se plantea objetivos “abarcables y realistas, y que se esfuerza en cumplirlos”. Así, ha destacado, por ejemplo, los datos de inversiones extranjeras en la región “que van muy por encima de la media nacional” o el recientemente presentado Presupuesto para el próximo ejercicio, con déficit 0 “y blindando y creciendo” en inversión social, sanitaria y educativa. “Las prioridades están a salvo y no nos hemos dado ninguna concesión”, ha añadido.
Una política “altamente consensuada”
En este mismo sentido, García-Page ha sacado pecho de la política “altamente consensuada” de la que goza Castilla-La Mancha, una región “que contribuye al país y lo enriquece”, y donde existe poco margen de sorpresa, “ya que todo está previsto con un plan” con agentes sociales, diputaciones, Universidad o con la Federación de Municipios y Provincias. “Aquí hemos tejido una estrategia de complicidad que hace bueno el concepto de democracia viva”, ha subrayado.
Del mismo modo, ha puesto de manifiesto que, desde su Ejecutivo y teniendo mayoría, “pactamos con todo el mundo sin que haya manifestaciones, porque forma parte de nuestro metabolismo”, y se ha referido al acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar, alcanzado en el día de ayer.
“Ojalá que todo se haga por el mayor mecanismo de consenso, no solo con agentes sociales, sino también políticos”, ha señalado García-Page, antes de reconocer que se identifica “con una España más social, más sostenible y más verde, con una España más feliz y con más bienestar social. Pero con una España, y todo hay que interpretarlo en la literalidad, una España”, ha subrayado.
Por otro lado, el presidente regional ha reclamado que “salga el gobierno que salga”, se afronte “con determinación y en una sola mesa” el modelo de financiación. «Si eso no es así, lo que se está atacando al no actualizar la financiación autonómica, es el Estado del Bienestar, que es lo que administramos», ha añadido, recordando que “el 90 por ciento de nuestro gasto es sanidad, educación y prestaciones sociales”.
Una socialdemocracia “no fanática”
En este contexto, el jefe del Ejecutivo autonómico ha sentenciado que “aquí se practica un modelo de socialdemocracia no fanática”, apostando por una economía “que tiene que ser necesariamente productiva y competitiva, no una economía de subsidio”. Un modelo, ha asegurado, en el que “aplicamos un sistema de redistribución vía ingresos, gastos y servicios públicos, que es el papel que se le adjudica a los poderes públicos”.
También se ha referido durante su intervención a la amnistía, recordando que no está recogida en la Constitución «porque se debatió y se descartó en los debates constitucionales”. Así, ha abundado en que “si al constituyente le llegan a decir que hay un modelo de autoamnistía, que uno se vote su propio perdón, eso no cabría en ninguna figura constitucional posible en el universo”; y ha vuelto a criticar que se invoque la pluralidad en España “para tener más derechos” o para hacer de la misma “un arma arrojadiza”.