Paula Fernández.– A lo largo de toda la historia, en todas las sociedades y en todos los tiempos, ha habido mujeres que han contribuido de manera decisiva al avance de la ciencia y de la sociedad.
Si esto es así, ¿por qué han sido sistemáticamente invisibilizadas, silenciadas y olvidadas?, dejándonos una sociedad huérfana de los aportes del cincuenta por ciento de su población.
¿Por qué sigue siendo noticia que dos mujeres hayan obtenido el premio Nobel en 2023, Anne L’Huillier el de Física y Katalin Karikó el de medicina? Muy sencillo, porque el 97% de los premios entregados en disciplinas científicas los han recibido hombres.
Anne L’Huillier es la quinta mujer que recibe este galardón en su especialidad, después de Marie Curie en 1903 por descubrir la radiación, , Maria Goeppert Mayer (1963), por describir el núcleo de los átomos; la canadiense Donna Strickland (2018), por una nueva técnica para generar pulsos ultracortos de láser de alta intensidad , técnica que hoy es utilizada para devolver la vista a muchas personas con las intervenciones de cataratas y la estadounidense Andrea Ghez (2020), por descubrir un objeto compacto supermasivo en el centro de nuestra galaxia, Frente a estas cinco mujeres han sido 219 hombres los que han recibido este galardón.
Y si hablamos de los premios Nobel de Medicina con Karikó, son 13 las mujeres que han recibido el Nobel de Medicina frente a 212 hombres.
Una estadística deprimente, pero la tendencia está cambiando muy lentamente, pero está cambiando; Si entre 1901 y 2004 sólo 10 mujeres obtuvieron el galardón entre 2004 y 2023 son 13 mujeres las que lo han obtenido, algo se está moviendo en Estocolmo.
Hace solo unos días, la tercera mujer en recibir este reconocimiento en Física la canadiense Donna Strickland, expresaba en una entrevista su deseo de ampliar el “club de mujeres vivas” que han recibido el Nobel de Física. Con este nuevo premio se reduce un poco la enorme brecha que sigue habiendo en la nómina de este galardón, que históricamente ha minusvalorado el trabajo de las científicas.
Una pregunta importante que debemos hacernos es ¿La Academia de Suecia es machista?; el Comité del Nobel se apoya en el consejo de los galardonados anteriormente, y esos son mayoritariamente hombres, ¡reíros vosotros de la federación de fútbol ¡
Acaban de estrenar la película de Oppenheimer, en ella aparecen científicos como Einstein, Bohr, Plank y sin embargo no aparece Lisa Meitner, esto es así porque esta científica es otra ninguneada por la historia, mujer y judía.
Si “la ciencia es la fuerza del futuro” como afirmaba en 2009 Ada E. Yonath, premio Nobel de Química, debemos preguntarnos ¿cómo podemos construir ese futuro de forma adecuada sin la participación de las mujeres en condición de igualdad? Sin la convicción de que el talento no tiene género no avanzaremos en la construcción de una sociedad más justa.
Es urgente eliminar los obstáculos y las barreras que dificultan el ingreso y el avance de las mujeres en las carreras científicas y eso se empieza desde la edad más tierna, hay que construir esa igualdad desde la escuela, animando a nuestras niñas a elegir los estudios científicos, eliminando las dudas sobre su capacidad para hacerlo, en muchos casos esto es así porque no tienen espejos en los que verse representadas y esto es una herencia cultural que no nos podemos permitir.
El reto que tenemos por delante es saber incorporar la perspectiva y los hechos de las mujeres, dando un paso al frente para incorporarlas en los contenidos educativos.
Y hoy la concesión de estos dos premios Nobel nos brinda una oportunidad inmejorable para poner en valor el trabajo científico de las mujeres y las múltiples posibilidades que se abren para cambiar el devenir de la historia.