La Diputación Provincial de Ciudad Real ha celebrado este jueves, 5 de octubre, su 130 aniversario con la lectura de una declaración institucional, por parte de su presidente, Miguel Ángel Valverde, en la que ha puesto en valor la importancia y relevancia de la institución provincial.
Valverde, que ha estado acompañado por diferentes miembros de la Corporación de la Diputación, ha repasado la historia del edificio y su vinculación con la Administración provincial desde su nacimiento.
En este sentido, ha destacado que pocas sedes de las diputaciones provinciales de España cuentan con un «bagaje institucional» como el que acredita el edificio que alberga la Diputación de Ciudad Real, puesto que nació en el siglo XIX para ser la sede de esta institución y aún lo sigue siendo.
Para conmemorar este efeméride, el presidente de la Diputación ha avanzado que se está trabajando en la preparación de un conjunto de actividades para poner en valor el edificio y las funciones que se llevan a cabo desde la Diputación. También habrá otras actividades relacionadas con reconocimientos a personas que han formado parte de la institución, así como otras actividades culturales y recreativas que se están preparando.
Valverde también ha agradecido su trabajo a «todos los hombres y mujeres» que a lo largo de la historia han formado parte de la Corporación Provincial, y a los cientos de trabajadores y trabajadoras que con su dedicación «han contribuido a la búsqueda de mejorar la calidad de vida de nuestros conciudadanos y de nuestras ciudades y pueblos».
Finalmente, el presidente de la Diputación ha asegurado que el palacio provincial «es el mejor reflejo de lo que la Diputación vehicula desde 1835 en favor de nuestro territorio», por ello, ha asegurado que pondrán en valor «todo lo que desde ella se hace en favor de los intereses de los habitantes de la provincia de Ciudad Real».
SOBRE EL PALACIO DE LA DIPUTACIÓN
En 1889, la Corporación provincial encargó al arquitecto Sebastián Rebollar el proyecto del palacio para albergar la institución, cuya construcción concluyó en 1893. Se optó por un edificio-emblema con gran presencia urbana acorde con su función de representante del Gobierno en la provincia.
Siguiendo la pauta que desde la mitad del siglo XIX marcaba el eclecticismo tipológico, el arquitecto ideó un palacio moderno, actualización de las casas y edificios nobles para la nueva clase burguesa a la que pertenecía la Diputación, cuya misión era «el fomento de los intereses propios de la provincia».
La decoración de las salas nobles del palacio, sus frescos y la gran riqueza artística que ofrece la escalera principal y su cúpula corrió a cargo del pintor ciudadrealeño Ángel Andrade. Aunque en la actualidad también preside el Salón de Plenos un mural del artista ciudadrealeño Manuel López Villaseñor.
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