Me pregunto cómo pueden esas centrales sindicales aceptar como razonable una negación de sus propios representantes en la Junta de Personal después de haber asistido en persona a la rueda de prensa, y después de haber recibido, leído, contrastado y «consensuado» el texto en el que se detallaban los problemas detectados en cuanto a la designación, que no contratación, en el seno de la administración regional. En sus alegaciones posteriores, poco creíbles y en clara evidencia tras el respaldo (con su asistencia) de sus correspondientes delegados, aceptan que ellos mismos han denunciado en varias ocasiones el exceso de plazas de libre designación, los concurso específicos publicados en los diarios oficiales, el excesivo número de comisiones de servicio y el alto índice de externalización y privatizaciones en la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha. ¿Cómo, entonces, pueden mostrarse contrariados por un documento que lo único que hace es alertar sobre esos asuntos para que dejen de producirse y se valoren los méritos de aquellos trabajadores que ocupan sus puestos en base a sus méritos y capacidades? Lo que la Junta de Personal ha hecho, en base a su autonomía y libertad, ha sido hacer públicas las continúas denuncias y requerimientos realizados a la Administración. ¿Por qué les molesta tanto a algunos alertar sobre comportamientos irregulares y tendenciosos con los derechos y la legítima igualdad de todos los trabajadores?
Quedar bien con los políticos
Resulta un ejercicio de gran cinismo intentar quedar bien con los políticos y olvidarse de los empleados públicos, a los que se supone nos debemos todos los sindicatos. Desde CSI.F lo tenemos muy claro, y desde la Junta de Personal de los Servicios Centrales de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha también. Gracias a la coherencia de todos sus miembros se pudo redactar un texto que, con algunas matizaciones, muestra una realidad evidente y que crea serio malestar entre aquellos trabajadores que han superado una oposición y ven limitadas sus posibilidades de ascenso debido a la saturación de libres designaciones. Resulta, por ello, verdaderamente triste que algunos de nuestros compañeros en la Junta de Personal se vean en la tesitura de dar explicaciones a sus dirigentes, cuando creían que lo que hacían estaba en sintonía con los principios que defienden, o así se supone, sus respectivos sindicatos.
La realidad parece otra, y los dudosos objetivos que se persiguen también.
Desde la Junta de Personal hemos recibido con agrado la satisfacción de muchos empleados públicos, que nos pedían una iniciativa en este sentido, para detener una dinámica poco ejemplar y que genera desánimo entre el colectivo de trabajadores de la Junta de Comunidades. Es por eso que el Manifiesto por la Dignidad del Empleado Público ha corrido como la pólvora entre los diferentes departamentos. A ellos les deben una explicación aquellos que nos critican a nosotros y fiscalizan a sus propios Delegados en la Junta de Personal, pues desde ese organismo lo único que pretendemos hacer, con la mayor honestidad y humildad, es salvaguardar la dignidad de los funcionarios, los laborales y los contratados de la Junta de Comunidades de Castilla La Mancha, le pese a quien le pese.
Triste final para una historia que debería unirnos en lugar de intentar separarnos, pues todos estamos en la misma trinchera y luchamos por los mismos objetivos. Aquellos que dudan, o no saben donde está su sitio, que reflexionen y digan lo que dicen mirando a los ojos a los trabajadores. ¿Pueden hacerlo?
¡Nosotros sí podemos!