En Fundación MAPFRE, exposición Los veranos de Sorolla: Del 22 de septiembre al 7 de enero de 2024

Por José Belló Aliaga

Comisariada por Casilda Ybarra Satrústegui, el recorrido expositivo de Los veranos de Sorolla, planteado en una única sección continua, combina la presentación temática con la cronológica para subrayar la evolución del motivo de las escenas de playa en el trabajo de Sorolla: desde las composiciones centradas por primera vez en el trabajo en el mar con las que obtiene los primeros éxitos internacionales, hasta obras realizadas en sus últimos veranos, que le sirven como descanso del gran encargo de la Visión de España para la Hispanic Society of America.

Los veranos de Sorolla, -con 40 obras: 15 de mediano y gran formato, y 25 de pequeño formato-, nos acerca, a través de una reducida pero cuidada selección de obras, a la evolución del tema predilecto de Joaquín Sorolla a lo largo de su carrera: las escenas de playa.

El proyecto muestra la modernidad de la visión artística del pintor en su representación del trabajo en el mar y del veraneo en las costas mediterránea y cantábrica.

Exposición Los veranos de Sorolla, en Fundación MAPFRE, desde el 22 de septiembre al 7 de enero de 2024

La exposición podrá ser visitada desde el 22 de septiembre al 7 de enero de 2024.

Con esta aportación al Centenario Sorolla, Fundación MAPFRE consagra un capítulo más de su programación a este artista fundamental al que ha dedicado a lo largo de los años importantes exposiciones tanto monográficas como temáticas, muestras que han contribuido al conocimiento de su obra desde distintas perspectivas: Joaquín Sorolla (1996), Sorolla-Zuloaga (1998) y Sorolla y Estados Unidos (2014).

La exposición cuenta con el apoyo de importantes instituciones y colecciones particulares españolas como el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, el Museo Carmen Thyssen de Málaga, la Diputación de Valencia, la Colección Banco Santander o la colección Abelló y Pérez Simón, entre otras.

Biografía

Joaquín Sorolla, nacido en Valencia en 1863, pertenece a una generación de pintores que empieza a contemplar el mar con otros ojos y, por tanto, lo representa a través de una nueva mirada. Demostrando un temprano interés por el tema, así como la influencia del clima artístico valenciano del momento, el artista presenta tres marinas a la Exposición Nacional de Bellas Artes de 1881. Dado que su participación pasa prácticamente inadvertida, se dedica después varios años a la creación de composiciones de tema social e histórico, más del gusto oficial. De este modo, obtiene sus primeros reconocimientos nacionales con las obras Dos de Mayo, con la que concurre de nuevo a la convocatoria de Madrid en 1884 y obtiene una segunda medalla, y El Palleter, declarando la guerra a Napoleón, que le vale una beca de pensionado en Roma.

En París

En 1885, en un paréntesis de su pensión romana, pasa varios meses en París, donde conoce de primera mano la pintura naturalista gracias a la obra de Jules Bastien-Lepage y de Adolph von Menzel, y poco más tarde de los nórdicos Anders Zorn, Peder Severin Krøyer, Viggo Johansen o Albert Edelfelt, así como de los norteamericanos John Singer Sargent o Gari Melchers, grandes protagonistas de la escena artística en la Exposición Universal de París de 1889, que visita Sorolla. A través de todos ellos, y sin olvidar las enseñanzas de Velázquez y el diálogo con la fotografía, el valenciano configura su ideario plástico, basado en una pintura al aire libre en la que se integran las figuras, la atención a los temas de la realidad cotidiana, con pescadores o campesinos como protagonistas, y una virtuosa técnica en la que los efectos de la luz y el color dominan la composición. En su trayectoria global, junto a las escenas de trabajo y ocio en la playa, destacará su labor como retratista, los paisajes o la pintura de jardines.

Distintas exposiciones

Con este bagaje y su firme intención de abrirse camino en el ámbito internacional, Sorolla muestra su obra en distintas exposiciones en España y el extranjero que impulsan de manera definitiva su carrera. Destacan, entre otras, su participación en el Salón de París de 1895 con La vuelta de la pesa, por la que obtiene una segunda medalla de oro de segunda clase, así como en la exposición Universal de París de 1900, donde consigue el Grand Prix por el conjunto de obras presentadas, en especial por ¡Triste herencia!. Ya iniciado el siglo XX, su trabajo se presenta en grandes exposiciones individuales en París (1906), Berlín, Düsseldorf y Colonia (1907), Londres (1908), Nueva York, Búfalo y Boston (1909), y Chicago y San Luis (1911).

Sus últimos años están marcados por el encargo por parte de Archer Milton Huntington de los murales de la Visión de España para la Hispanic Society of America de Nueva York, en los que trabaja entre 1911 y 1919. Tras sufrir en 1920 un ataque de hemiplejía que le impide seguir pintando, Joaquín Sorolla fallece en Madrid en 1923.

Claves de la obra de Sorolla

La modernidad de la tradición

Las escenas de playas de Sorolla contribuyen a subrayar la modernidad de su pintura, que se aprecia en la elección de la costa como tema, en el encuadre de las composiciones y su vínculo con el leguaje fotográfico, en la espontaneidad de la captación del natural, en el dominio en el tratamiento del color o en el uso de los efectos de la luz para la creación de los volúmenes. Al mismo tiempo, en su representación de las costas de Levante, su trabajo se identifica con la recuperación de la visión clásica del Mediterráneo, presente asimismo en la obra de artistas como Bonnard, Signac, Matisse o Picasso. De forma paralela, Sorolla participa de la nueva moda del veraneo y se desplaza a Biarritz, Zarauz o San Sebastián, capitales del moderno descanso estival europeo. El lenguaje de Sorolla se encuentra, simultáneamente, ligado a lo local, a sus raíces valencianas, como también en general a las españolas, de modo que en su plástica encontramos un continuo ir y venir entre la tradición y la modernidad, entre lo vernáculo y lo cosmopolita.

Éxito internacional

Entre los clientes de Sorolla, las escenas de playa son, sin duda, las composiciones que le reportan mayor reconocimiento y popularidad. El pintor, plenamente consciente de ello, trabaja sin descanso en estos temas durante sus veranos a orillas del Mediterráneo o el Cantábrico. Así, se desplaza con su familia a la costa para representar asuntos de trabajo y ocio en el mar con los que consolidar su trayectoria artística y preparar sus exposiciones futuras. Cuando el artista se encuentra en el momento de máximo esplendor de su carrera, estos motivos se convierten, sin embargo, en un refugio: su plasmación le permite deleitarse y encontrar el reposo que necesita.

El nacimiento del veraneo

En su representación del veraneo, Sorolla se convierte en cronista de toda una época al reflejar de primera mano los usos y costumbres de la sociedad de entre siglos. El descanso estival surge en España hacia mediados del siglo XIX y se desarrolla especialmente a orillas del Cantábrico, en ciudades como Santander o San Sebastián, donde los baños en sus frías aguas se empezaban a recomendar como tratamiento terapéutico. El desplazamiento hacia estas zonas se extiende entre las clases altas, que acuden atraídas también por la presencia de la propia familia real. Poco a poco, estos núcleos urbanos se van acondicionando para acoger a los nuevos veraneantes, a quienes también se les ofrece una gran variedad de actividades de entretenimiento. De este modo, el descanso estival deja progresivamente de tener como finalidad el baño terapéutico para configurarse en torno al ocio y la sociabilidad.

Notas de color

La realización de apuntes o «notas de color» —como él mismo los llamaba—, ejecutados sobre pequeños soportes de madera o cartón, acompañan a Sorolla en sus continuas investigaciones plásticas. Estas obras de pequeño formato encierran la esencia de toda su pintura y constituyen ejercicios de gran libertad creativa mediante los cuales el pintor ensaya composiciones, tonalidades o asuntos que posteriormente podría o no trasladar al lienzo. Es durante sus veranos en el norte cuando el valenciano se dedica con especial atención a estos trabajos.

CATÁLOGO

Con ocasión de la exposición Fundación MAPFRE ha editado un catálogo que incluye la reproducción de las obras expuestas, así como un ensayo de la comisaria sobre la evolución de las escenas de playa en la obra de Sorolla y su relación con las nuevas miradas que surgen en torno al mar en el siglo XIX y el nacimiento del veraneo.

José Belló Aliaga

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