Eduardo Muñoz Martínez.- Hay un conocido refrán castellano que asevera que «quién calla, otorga». Y me viene este dicho ahora a la cabeza porque el señor alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, o no lee lo que le digo por escrito, o como suelen decir los jóvenes, le «resbala», y eso es signo de prepotencia y, para serlo, lo de prepotente, -aunque está muy feo-, hay que demostrar que se puede ser, y usted, perdone que se lo diga, no está en condiciones de hacer ostentación de dicha «virtud», y su servidumbre, indudablemente, tampoco. Vamos por partes.
No sé si recuerda las veces, fueron muchas, en las que usted, -y me trae a la memoria a otro primer edil, también de nombre Paco, de nuestro consultorio-, en las que ha criticado a las alcaldesas del Partido Socialista Obrero Español, Pilar Zamora, o de Ciudadanos, Eva María Masías, de acudir a actos religiosos, o las ocasiones en que ha «denunciado», como portavoz de su formación política, Partido Popular, -dueante su estancia en la oposición-, su aparición en la prensa, en la «foto».
Pues lo mismo, señor Cañizares, le está ocurriendo a usted. Además de en las fiestas de Nuestra Señora del Prado, que es normal, ha estado en las de la pedanía de El Pardillo, en las de Las Casas, en la celebración de la Virgen de los Dolores, hace unos días, en la procesión extraordinaria de la Hermandad del Silencio…, lo que demuestra que usted está cayendo en ese mismo «defecto», desde su personal punto de vista, que desde luego, no comparto. Está cayendo en el mismo «pecado», tantas veces censurado.
Sobre lo de las fotos en la prensa, que también lo criticó en incontables ocasiones, solamente le voy a decir que usted sale varias veces cada día, dígame si no es cierto. Incluso pidiendo apoyo a otros alcaldes, como el de Poblete. Apoyo para qué? Para nada, ya se lo digo yo, porque en casi cien días que lleva al frente de nuestro Ayuntamiento, no ha hecho nada. Nada positivo, quiero decir, cómo habrán comprobado los ciudadrealeños y las cuudadrealeñas. Por no hacer, de momento no parece estar por la labor de cumplir su promesa, por lo que se va viendo, tan cacareada de reinaugurar nuestra plaza de toros este mes de octubre. Aún no he visto los carteles con ese extraordinario cartel, con el que se le llenaba la boca.
Aún hay más. Hace apenas unos meses arremetía usted, y su Equipo de desgobierno, más que de gobierno, sobre las placas colocadas por sus antecesoras, y hace tan sólo unas fechas, repetían ustedes la jugada para reconocer no sé qué a Ramón Barreda. Ah, claro, es que Ramón, que en paz descanse, era simpatizante, si no afiliado, del Partido Popular, y eso, claro está, cambia mucho las cosas.
«Quien calla, otorga», insisto en la frase. Y debe ser verdad. Para terminar, le ruego que me permita decirle, lo voy a hacer de cualquier modo, que no es así como se gana a un pueblo, a una ciudad.
