La fiestas en honor a la Virgen del Prado arrancaron con fuerza en el recinto ferial, al que acudieron en masa ciudadrealeños y foráneos para disfrutar de las tradicionales atracciones y de los puestos trufados entre tiovivos y tómbolas. Tras el nombramiento de ciudadanos ejemplares y el pregón, se inició el desfile de gigantes y cabezudos que finalizó con el encendido de luces de la Feria.