¡Al suelo que vienen los nuestros!
PIO CABANILLAS GALLAS
Manuel Fuentes Muñoz. Los miembros de los partidos políticos a veces cometen errores no forzados que pueden condicionar las expectativas electorales de su formación y hasta socavar las estrategias electorales de sus líderes. En estas últimas semanas, tras las elecciones locales y autonómicas del pasado 28 de mayo, se han producido, entre otros, dos errores de manual que pueden condicionar las próximas elecciones generales.
El primero tiene que ver con los polémicos acuerdos de gobierno en la Comunidad Valenciana entre el PP y VOX. Y el segundo, con las declaraciones inoportunas del Delegado del Gobierno en Madrid. Se trata de dos situaciones que generan frustración en los dos partidos que aspiran a gobernar, tras las elecciones del próximo 23 de julio. Con los estrechos márgenes que les dan las encuestas, cualquier error, puede inclinar la balanza a uno u otro partido.
En el caso de la Comunidad Valenciana, el error principal lo ha cometido el Presidente in pectore, Carlos Mazón, con la colaboración de Borja Semper, portavoz del comité de campaña electoral del Partido Popular.
La dirección nacional del PP, por boca del señor Semper, vetó al candidato de VOX, debido a sus antecedentes penales por violencia de género, —lo que ya generó una polémica interna en la formación de Santiago Abascal a principios de año—. El señor Mazón reaccionó con nerviosismo, negociando precipitadamente con los líderes de VOX —Ignacio Gil Lázaro y el cuestionado Carlos Flores—, los acuerdos de gobierno entre ambos partidos políticos.
Estos pactos concluyeron con la exclusión del candidato del partido verde, el señor Carlos Flores, del gobierno regional. Pero lo sustituirá Vicente Barrera, que asumirá la vicepresidencia de la Generalidad Valenciana y tres consejerías más. Con estos acuerdos, los veteranos líderes de VOX, consiguieron poner al PP donde les interesaba y en el momento más oportuno. Este pacto, como se está viendo, puede ser un precedente incómodo para otros acuerdos regionales del PP. El error del señor Mazón fue de principiante.
La precipitación del líder valenciano solo se entiende por su desmedida ambición personal o por un temor —seguramente infundado—, a que le impidan presidir el gobierno regional. Pero no entendió la estrategia de su partido en vísperas de unas decisivas elecciones generales. Y, además, obligó a sus líderes nacionales a posicionarse a favor de unos acuerdos, en los que pueden haberse cuestionado los principios de su partido, confundiéndolos con los de su socio de gobierno.
Sin embargo, la candidata a presidir la Junta de Extremadura, María Guardiola, que ha sido presionada por los líderes de VOX para que acepte unos acuerdos similares a los polémicos pactos de Valencia, se ha negado a la inclusión de miembros del partido verde en su gobierno y ha cuestionado sus políticas más ideológicas. Esta situación puede acabar teniéndose que repetir las elecciones en esta Comunidad Autónoma.
En el caso de las declaraciones del Delegado del Gobierno en la Comunidad de Madrid, el señor Francisco Martín, se puede decir que han dinamitado la estrategia del PSOE para las elecciones generales del 23 de julio. Después de que, en las pasadas elecciones locales y regionales, los candidatos bildutarras con delitos de sangre saltaran a la campaña electoral y proporcionaran una munición impagable a los partidos conservadores en aquellos comicios.
Ahora, con el mismo tema de fondo que se produjo en la campaña anterior —los pactos de Sánchez con EH-Bildu—, al otrora Secretario General de Presidencia del Gobierno, se le ha ido la mano al valorar la contribución de estos patriotas para salvar vidas. Una paradoja cuasi macabra al defender a quienes siguen sin condenar la violencia de ETA, que, no hace tanto tiempo, causó en España casi un millar de asesinatos.
Dijo: “los supuestos enemigos de España, han hecho más por los españoles y por España que lo que han hecho todos los patrioteros de pulsera« y continuo: «Esos supuestos enemigos de España han contribuido a salvar miles de vidas de ciudadanos apoyando el estado de alarma (…)”. Lo más curioso es que esto último no es cierto. Bildu nunca apoyó el estado de alarma, solo se abstuvo. Mientras que el PP y VOX sí que lo hicieron.
El señor Martín, fue el número dos de la Secretaría de presidencia del Gobierno, desde 2018. Como hombre de confianza del ínclito y todopoderoso ministro, Félix Bolaños, fue uno de los fontaneros de la Moncloa al exclusivo servicio de su presidente. Cabe destacar, entre sus participaciones más relevantes, la de ser el encargado de la coordinación de la exhumación de Francisco Franco, en 2019, del entonces llamado Valle de los Caídos.
El fuego amigo es el más imprevisible de todos. Por eso defenderse de él, es mucho más complicado que hacerlo de el del enemigo. Pero la política tiene estas cosas. Los ideales políticos acaban convirtiéndose en puras distopías, cuando intervienen individuos que, por un exclusivo interés personal o por incapacidad manifiesta, les amargan la vida a sus amados líderes.