Hay temas de los que todos hablan y saben tanto que casi no saben nada pero siguen creyendo que lo saben todo y que ese todo está tan claro que nada se va a cambiar. Al igual que todos los españoles hablan y saben de educación también todos hablan, comentan y saben de las pensiones, bueno alguno ya tiene cierto resquemor y piensa que cuando él llegue no habrá dinero suficiente para pagarle tantos años de trabajo y de dedicación a lo que ha hecho durante toda su vida.
Casi todos los partidos políticos se atribuyen el logro de las pensiones en España y mucho antes de acercarse los periodos electorales ya andan predicando cambios, temores, dudas y posibles soluciones al tema de las pensiones como si ellos tuvieran la barita mágica de solucionar, cambiar y modificar todo el sistema para hacerlo más justo a sus ojos y mucho más injusto para los que cobran lo que, con creces, han pagado durante toda la vida laboral.
Debemos decir a estos iluminados sociales, pero temporeros en las soluciones, que las pensiones no son de hoy, que nacieron en el año 1900 cuando en España se creó el primer seguro social a través de la Ley de Accidentes del Trabajo y que las pensiones , tal como las concebimos ahora, han ido recorriendo diferentes procesos que bien los podríamos agrupar en tres grandes periodos de tiempo: El primero que iría desde 1900 hasta 1962 y su característica principal fue la de Definición Prestacional e Institucional. El segundo periodo estaría conformado por la Configuración Normativa y recorrería los años 1962 hasta 1968, en los que se aprueban todas las bases para cubrir a toda la población y por todas las prestaciones. Y Por último el momento en el que nos encontramos, que partiendo de 1978 (año en el que se aprobó la Constitución Española) dura hasta nuestros días, llamado de Consolidación del Estado del Bienestar.
Según nos cuentan, y así lo recoge toda la prensa española y alguna del extranjero, nuestro sistema no aguanta las inclemencias que le atacan por muchos lados y muy especialmente porque de la hucha se saca más que entra y todos sabemos que si se gasta más que se cobra la ruina es evidente y hacienda se lleva hasta nuestra casa. Lo principales problemas que en estos momentos se presentan como visibles y posibles según la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) son: El Rápido envejecimiento de la población española pudiendo pasar a ser la segunda mayor del mundo. La edad de jubilación, una de las más bajas de Europa. La generosidad del sistema con los pensionistas. La poca empleabilidad de los mayores de 55 años, siendo la menor de Europa. La ONU nos dice que para el año 2050 España tendrá 76 personas de más de 65 años por cada 100 lo que supone que solamente podrán trabajar 24 entre 20 y 64 años. De ocurrir esto así el problema se acrecienta casi exponencialmente y se complicaría enormemente la viabilidad de todo el sistema de pensiones tal como está hoy establecido.
En el año 2011 la hucha de las pensiones contaba con más de 66.000 millones de remanente, en estos momentos no hay ni para pagar la extraordinaria de julio. Es decir en estos últimos años todos los ahorros disponibles para el pago de las pensiones han desaparecido y el gobierno se ve obligado a pedir un préstamo para cubrir este déficit obligatorio y legal. No deseo entrar en las causas que nos han llevado a esta situación porque casi todos somos conscientes de cómo quedaron las arcas del estado precisamente ese año de 2011 en que algunos se negaron a admitir que estábamos hundidos en una tremenda crisis mundial y muy especialmente española. Sin lugar a dudas, el mayor problema es el paro y la caída de las cotizaciones a la Seguridad Social así como la merma en los salarios. Si las pensiones se cubren con las cotizaciones de los empleados (4,70%) y de las empresas (42%) parece evidente que si disminuyen los cotizantes y cierran muchas empresas la hucha de las pensiones se vacía, como así ha ocurrido ya.
El problema, según parece, no es crear nuevos impuestos a los bancos porque según dice Pedro Sánchez fueron rescatados con por fondos europeos pagados por todos los españoles. Creo que no se pueden hacer propuestas como ésta basada en una gran mentira que, ya de tanto repetirla, todos creemos que es verdad. En España no se rescató ningún banco. Fueron las Cajas de ahorro, gestionadas por políticos de ambos signos a las que tuvimos que rescatar porque la gestión había sido nefasta. Todas las propuestas sobre pensiones deben hacerse bajo el paraguas del pacto de Toledo y nadie debería salir a la plaza vestido de verde en lugar de rojo por el hecho de que el toro es daltónico y como consecuencia no distingue los colores. Creo que el pueblo español sí distingue los colores y sabe, o al menos debería saber, cuando se le intenta engañar o cuando una propuesta está bien planteada, analizada y es viable.
Parece pues inevitable una gran apuesta de reforma por el sistema de pensiones en España. Creo que en esto estamos todos de acuerdo pero seguramente que hay grandes diferencias en el diseño de propuestas, en el análisis del problema y sobre todo en la aplicación, por amplias mayorías, de un sistema de pensiones que, definitivamente, espante y disipe el problema que, casi todos los días, pende sobre las cabezas de los jubilados, como si ellos tuvieran alguna culpa o fueran responsables de haber trabajado toda la vida para disfrutar, unos años, de una pensión, a veces, ridícula. No es de recibo, como ocurre a hora y posiblemente ocurra mañana, que profesionales de la educación, la sanidad, la justicia o cualquier otra profesión que llegan al mercado de trabajo tarde por los problemas que todos sabemos de dificultad para encontrar un puesto de trabajo en estos momentos de crisis, y se encuentren, al final de su vida laboral, que no han podido cotizar los años legalmente establecidos y se les asigne una pensión que no llega a los cuatrocientos euros.
El sistema hay que hacerlo funcionar para que nadie pueda tener miedo a llegar tarde o temprano; todos los ciudadanos deben tener derecho a una pensión digna y más digna si han trabajado más años y por lo tanto han contribuido más; eso nadie lo duda, pero en este país a nadie se le puede conceder cuatrocientos euros de pensión después de haber trabajado como Profesor/a de Primaria durante diez años, haber aprobado una oposición difícil, y haber enseñado y educado a miles de niños. Esto nadie lo puede creer pero está ocurriendo y mañana es posible que siga pasando sino se ponen los políticos de acuerdo y solucionan estos y otros muchos problemas. Claro que siempre habrá alguien que diga que si no se ha llegado al límite establecido de años cotizados pues que se las apañe como pueda, Pues muy sencillo yo digo que como las pensiones de viudedad y de orfandad no han cotizado, ni siquiera un año, que salgan del sistema y a lo mejor esto soluciona el problema actual de las pensiones. Todo debe tener solución y solamente con el diálogo serio y constructivo se puede lograr un gran acuerdo nacional dentro del pacto de Toledo.
Es cierto que en estas elecciones se ha hablado mucho menos de las pensiones, tal vez porque ya la opinión pública esté cansada de tanto engaño y de tanta falacia sobre este gravísimo tema que tiene el gobierno encima de la mesa sin resolver de una forma definitiva. Debe quedar claro que la culpa nunca la tendrá el jubilado que tanto beneficio ha dado a las arcas del estado y que por el contrario el úno culpable del problema serán los gobiernos que no han querido, o no han sabido dar una respuesta positiva y yo diría definitiva a esta cuestión.
