Ecologistas ve el plan de gestión de ungulados de Cabañeros «un ataque sin precedentes» a la conservación del parque

La publicación en el Diario Oficial de Castilla-La Mancha del plan de gestión de Ungulados del Parque Nacional de Cabañeros supone, a juicio de Ecologistas en Acción, «un ataque sin precedentes» a la conservación de este espacio protegido y «el incumplimiento de facto de la ley de Parques Nacionales en relación a las limitaciones a la caza».

El plan de gestión de Ungulados del Parque Nacional de Cabañeros permitirá, según ha informado la organización ecologista en nota de prensa, la realización de batidas, aguardos y recechos por parte de los propietarios de las fincas privadas y de ayuntamientos, los cuales son titulares del 38,7% y del 7,4%, respectivamente, de las 40.856 hectáreas que integran el parque nacional. En el restante 53,5% de propiedad estatal, la prioridad serán las capturas en vivo, pero se podrán llevar a cabo las mismas prácticas cinegéticas si se estima conveniente.

El plan, continúan, prevé eliminar más de 4.000 ciervos y casi 2.000 jabalíes al año durante tres anualidades prorrogables a una cuarta. Aproximadamente la mitad de los ciervos y dos terceras partes de los jabalíes se cazarían en fincas privadas y municipales.

Para que esto pueda llegar a ser así, «a pesar de que la Ley de Parques Nacionales prohíbe expresamente la caza comercial y deportiva», el texto del plan ha ido «bordeando y traspasando» en su contenido y procedimiento de aprobación «el espíritu y la letra de dicha norma» y ha encontrado amparo en «informes técnicos con información incompleta y de un sesgado enfoque procinegético», alertan.

De esta forma, Ecologistas en Acción critica especialmente al Organismo Autónomo de Parques Nacionales y al Gobierno de Castilla-La Mancha por «haberse negado a que un equipo científico multidisciplinar valorara la situación en el parque en relación a los ungulados y las posibles soluciones».

Ecologistas ha explicado que los métodos de caza que contempla el plan se podrán llevar a efecto de la mano de convenios con los propietarios y del establecimiento de unas condiciones para que puedan ser cazadores, y no personal profesionalizado, quienes lleven a cabo las acciones de control. Para ello solo será necesario acreditar que se cuenta con la licencia oportuna para manejar armas de caza y que se ha recibido una formación específica sobre el plan de gestión y las acciones a llevar a cabo.

«El plan no asume que esas actuaciones de control a través de la caza ya llevan mucho tiempo fracasando en las fincas privadas de Cabañeros, ya que los planes de ordenación cinegética vigentes hasta diciembre de 2020 en el parque nacional, fecha en que se terminó la moratoria a la caza en los parques nacionales, estaban concebidos como una herramienta de gestión que a la vista de los resultados nunca funcionó», han criticado.

En su opinión, lo que plantea el plan de gestión de ungulados «resulta aún más incoherente» si se tiene en cuenta que el OAPN está en proceso de indemnizar con cuantiosas cantidades de dinero público a los propietarios de las fincas privadas por el cese de la caza dentro de Cabañeros, «iniciativa que casa muy mal con que ahora se quiera acordar su participación en la celebración de batidas y aguardos».

Frente a este plan, las organizaciones ambientales «siempre han propuesto alternativas basadas en el mejor conocimiento científico y en el cumplimiento estricto de la Ley de Parques Nacionales». Por ello, comenta la organización ecologista, «se han planteado medidas de mejora del hábitat y reequilibrio poblacional, seriamente dañado por los vallados y otras infraestructuras cinegéticas».

También ha habido propuestas de recuperación de predadores naturales acosados por la acción humana y de restricción de «las malas prácticas cinegéticas que tanto dentro como fuera del parque son instigadoras del aumento de poblaciones de ungulados». «Todos estos impactos sobre Cabañeros se mantendrán en el futuro debido a la aplicación del plan de ungulados», alertan.

Por otra parte, las organizaciones ecologistas han apoyado medidas transitorias de control a través de la captura en vivo, un método que «ha dado buenos resultados en las fincas estatales y que si no los ha dado mejores ha sido por falta de medios y de iniciativas para mejorar su eficacia».

«Desgraciadamente las alegaciones e informes remitidos por las ONG han tenido poco eco en quienes gestionan y toman las decisiones en el Parque Nacional a través de la Comisión Mixta. Por un lado, el Gobierno de Castilla-La Mancha, con la Dirección General de Medio Natural y Biodiversidad a la cabeza, que desde un principio creó un escenario en favor de que la caza fuera el método de control de poblaciones. Incluso aprobó una normativa al efecto en el reglamento de caza regional y se ha firmado un acuerdo con el lobby cinegético que incluye este tema. Por otro lado, el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico que, a través del Organismo Autónomo de Parques Nacionales, no ha sabido liderar de forma ecuánime un proceso que puede contaminar a toda la Red de Parques Nacionales», han comentado.

Debido a los daños que este plan supondrá para Cabañeros y a que a último se plantea permitir la caza en un parque nacional como método de control de poblaciones, dándose la oportunidad de su práctica a titulares de cotos y cazadores, Ecologistas en Acción ya estudia las fórmulas legales para que se anule esta normativa. Estas acciones pasan en un primer término por la interposición de un recurso de alzada ante la Consejería de Desarrollo Sostenible y un contencioso administrativo en los Tribunales.

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