EL Antiguo Casino de Ciudad Real acoge la charla coloquio «Presencia y pedagogía adoratriz»

Eduardo Muñoz Martínez.- Ayer, martes, comenzaban los actos con motivo del 85 aniversario de la llegada de las Religiosas Adoratrices a Ciudad Real, con la charla-coloquio «Presencia y Pedagogía Adoratriz», en la que ante un salón de actos del antiguo casino, prácticamente ocupado en la totalidad de su aforo, entre quienes se encontraban el Delegado Diocesano de Migración, Julián Plaza y el futuro alcalde de la capital, Francisco Cañizares, intervinieron en dos «mesas» distintas, Eva María Masías, alcaldesa en funciones; Manoli Nieto, Delegada Provincial de Igualdad, del Gobierno Regional; María Luisa Puglise, adoratriz miembro del equipo provincial «Europa – África»: Antonia López, adoratriz, referente en temas de trata de mujeres; Esther Agudo, psicóloga de la casa de acogida y Rosa Montes, psicóloga, diplomada en Trabajo Social y miembro del Equipo de Adoratrices.

Masías reconoció la labor que realizan las Religiosas Adoratrices, felucitandolas por ello. Elogió su extraordinario trabajo, su lucha contra la Trata de Personas…, una tarea que a veces no queremos ver, aseguraba la alcaldesa, aunque es un problema de todos. «Sin ellas, recalcaba, la ciudad no sería igual». Manoli Nieto, en su breve intervención, coincidía con la edil, mientras que María Luisa Puglise habló de la lucha por los derechos fundamentales de las mujeres, sobre todo de las que más lo necesitan, de las más vulnerables, por causa de la trata y de otras lacras, en colaboración con otras organizaciones e instituciones.

La segunda «mesa» la conformaron Antonia López, Esther Agudo y Rosa Montes, que se centraron en el pasado, presente y futuro de la Congregación en nuestra ciudad. Sobre el pasado, recordó Antonia sus orígenes como residencia para chicas que lo necesitaban por diversas razones; el cambio de casa, a la Ronda del Parque, en 1950; sus talleres de peluquería, costura, bordados…; su acogida de los cultos, hasta edificarse el templo, de la Parroquia de Santo Tomás de Villanueva…, hasta que en los años 90 del pasado siglo abren su «casa-familia».

En lo que se refiere al presente, hay que destacar su proceso de sistematización, de acuerdo con los «nuevos tiempos» y sus exigencias. No es modernización, sino un medio para una mejor atención a los problemas de hoy. Y nos recordaban los tres «pilares» fundamentales: Amor, Encuentro y Libertad.

Hay que mirar al futuro con esperanza, aseguran ellas, para lograr una sociedad con los mismos derechos y deberes. Para eso hay que desarrollar una didáctica basada en la acogida, la liberación y el apoyo. Decía la fundadora, Santa María Micaela, que el mundo era para ella un sagrario. Las Adoratrices, eso es fundamental, viven su entrega en clave de adoración. A través de sus proyectos se comprometen con la mujer explotada por varias formas de esclavitud, en clave de liberación.

Terminó el evento con un breve, pero intenso, recital poético por parte de Antonia Piqueras, con poemas propios sobre el amor, el derecho, la amistad…, sobre la vida misma.

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