Con la llegada del buen tiempo, los tradicionales ‘Lunes musicales’ ciudadrealeños se trasladan al Arco del Torreón, acogiendo gran diversidad de espectáculos musicales todos los lunes a partir de las 21 horas. Todo ello aprovechando este espacio, según explica el concejal de Cultura en funciones, Nacho Sánchez, “para vincular urbanismo y cultura y sobre todo la apropiación de los espacios públicos para usos y disfrute de la ciudadanía y que converja con la cultura, el Arco del torreón tenía ese potencial”.
La programación para este mes de junio arrancará el próximo lunes 12 de junio con el concierto de “Acordeón virtuoso” a cargo de Olga Morral (acordeonista), que se caracteriza, según la crítica especializada, por “su elegante e imponente personalidad musical”. El repertorio musical que interpreta engloba una gran variedad de épocas y estilos, desde la música renacentista del siglo XVI hasta la contemporaneidad del siglo XXI.
El 19 junio contaremos con la actuación de “Cátedra flamenca”, formada por Carlos Piñana (guitarra flamenca) y Miguel Ángel Orengo (percusión). En el programa temas como “A tu vera”, “Templanza”, “Triana” o “Esencia Flamenco”. Carlos Piñana fue ganador del primer premio y Bordón Minero en el Festival Internacional del Cante de las Minas. Por otra parte, Miguel Ángel Orengo ha sido galardonado en el primer concurso nacional de baterías Eurodrummer 2001 y premio al mejor acompañamiento instrumental en el concurso nacional de cantautores Ciudad de Elche 2003.
Para concluir la programación, el lunes 26 de junio tendremos el concierto de “Her Itage”, formado por Marta Aparicio y Elena Martínez, que ofrecerán un recorrido didáctico y musical, donde las mujeres y sus contextos son protagonistas como preservadoras y continuadoras de la cultura y la memoria colectiva.
Balance de actividades culturales Agradecía Sánchez, en su última rueda de prensa, el trabajo de los medios de comunicación, de Pilar Cascante, y de todo el servicio de Cultura del Ayuntamiento de Ciudad Real. Asimismo, hacía un balance de las actividades culturales mostrándose “contento con las cosas que se han hecho y con ganas de haber terminado otras que se han quedado sin terminar, pero no podemos olvidar que hemos sufrido una pandemia, que ha frenado cierta progresión. Se ha aumentado en un 80 por ciento el presupuesto para las actividades culturales, se han consolidado eventos como los Lunes Musicales, el festival de música antigua de Alarcos, y se han creado nuevas actividades como el ciclo de los lunes del Arco, el Festival CR-3, así como la creación de varios proyectos que integran la cultura en la realidad urbana de la ciudad como son el Festival de Danza Contemporánea, que en sus tres ediciones ha reunido a 10 premios nacionales de danza, con más de 20 espectáculos por cada edición, y que pone de relevancia a Ciudad Real a nivel cultural en España”. Añadía el concejal de Cultura en funciones que “hemos abierto la cultura a la ciudad con los Barrios Culturales, con el programa Esca-Párate y hemos trabajado conjuntamente con otras concejalías para generar nuevos circuitos para artistas plásticos, con la UCLM y la Universidad Complutense en las excavaciones de Alarcos, y hemos escuchado y respetado a creadores y creadoras sin discutir cachés. En Ciudad Real tenemos capacidad artística, pero quizás nos falta capacidad empresarial para poder vender bien nuestros productos”. Entre los asuntos pendientes queda “haber consolidado una programación en el Teatro Municipal Quijano”.
Ya que el Concejal de Cultura se ha puesto a hacer balance, hay que decir que su gestión de estos cuatro últimos años ha pasado sin pena ni gloria. En su descargo habría que señalar no le ha ayudado en nada el carácter abúlico y poco ambicioso culturalmente que forma parte esencial del carácter de la propia ciudad. Museos y exposiciones vacíos, índices de lectura entre los más bajos del país, incidencia nula de la Universidad en la vida cultural de la ciudad, talento en desbandada hacia los mandriles y el Club de la Comedia reinando como el espectáculo de mayor aceptación entre el público. Con estos mimbres no es de extrañar que el cesto salga una verdadera birria.
No olvidemos que este fatídico concejal de anti-cultura tuvo cerrado el teatro Quijano más de dos años, por una pésima gestión, y sin un espacio teatral que lo sustituyera. Cuando la pandemia no se pudo abrir el teatro por circunstancias obvias, pero es que cuando se pudo abrir al público se acordó de ponerse a hacer unas obras absurdas en el teatro que llevaron más de un año en concluirse. Un verdadero desastre.