No hay nada como una campaña electoral para ver crecer y florecer –por parte de todos los litigantes en curso– las propuestas urbanísticas de todo tipo y formato –aunque sea un formato pequeño y canijo–, en un extraño ejercicio de exaltación de la primavera. Como ahora acontece, aunque también se pueda ejercitar el musculo de la oferta en todo tiempo y estación. Demostrando que no tiene nada que ver una cosa con otra. Pueden florecer ideas y propuestas en toda estación, sobre todo si ésta está en el coto de caza electoral.
Resulta raro y descorazonador advertir que, en los cuatro años transcurridos de gobierno PSOE-C’s, el debate urbanístico municipal ha sido de mínimos –por más pintura decorativa que se haya extendido por el cuerpo social– con alguna idea reclamo como el anunciado y repetido Plan Modernizador 2025, que parecía ser un cajón de sastre con solución para todo. Por más que se me señale algún dato positivo, lo anómalo no deja de ser la externalización de ciertas decisiones. Como si el Ayuntamiento dependiera del guion trazado por terceros actores. Plan Modernizador 2025 que cabalga entre dudas superiores y dudas metafísicas, pero que ya anuncian –García Page el otro día en acto de campaña– como prorrogable en otro nuevo PM 2025-2030. Sin estar acabado uno, ya tenemos otro en el horno. Todo ello, cuando la ciudad no cuenta con el oportuno POM, Plan de Ordenación Urbana: contratado en 2008 y liquidado en 2018, a la empresa adjudicataria, con gasto añadido a las arcas municipales. Pero si aparecen una diversidad de Planes, el estrellado POM 2010, el Estratégico 2015 y 2018, el Modernizador citado y la EDUSI de todos los santos y señales, cuya relación e interconexión no parecen evidentes.
Seguimos moviéndonos con la carta de navegación de 1997 en forma de PGOU. Y por ello, un gesto menor –pero erosionador en imagen y gestión– como la modificación de la UE Plaza Mayor, ha sido vista y leída por responsables, como un gesto capital en el devenir del urbanismo. Por más que la centralidad de la calle Postas no deje de adivinar la simplicidad del suceso y lo menor de lo decidido. Lo que había sido un error de partida en el documento tramitado, es anotado como un triunfo sonado veinticinco años más tarde. Demostrando con ello, la lentitud del tiempo municipal y sus esferas adormecidas. Una lentitud que, a veces, raya en la parálisis real.
Tiempo que se dilata en pequeñas cuestiones sin complejidad conceptual, como entoldar una simple plaza; terminar el pavimento del entorno posterior de la estación del AVE; resolver un litigio ilegal como las viviendas de La Pedregosa; mejorar el pavimento del paseo central del Parque Gasset o acometer una expropiación de tres propiedades en la Ronda de la Mata. Circunstancia ésta, de tapones urbanos deprimentes y solucionables, que se prolongan en el tiempo infinito, y que reflejan esa pasividad en la ejecución de actuaciones y del pulso gestor adormecido. Ya sea en la Puerta de Toledo, caserío residual; ya en el Pozo de Santa Catalina, con unidades en ruinas; ya en el Parque Gasset y el tapón de la casa ocupada o ya en la Ronda del Carmen, donde un caserío abandonado y fuera de ordenación duerme, junto a la Plaza de Toros, el sueño de lo injusto y de cierta infamia. Y pese a todas esas evidencias, ahora el verbo se inflama con proclamas y declaraciones de solemnidad. Resolvemos por aquí, resolvemos por allá. Algo parecido, es esa sensación de falsa plenitud que experimentamos en tiempos electorales, con los buzones llenos de buenas noticias y argumentos fabulosos –de fábula, como relato imaginario– en forma de promesas electorales.
No lo pienses, Pepe. concejal de Urbanismo, ya. jajaja
Y tu de Cultura en tu Puertollano de tus entretelas. ¡Menuda alineación! Que usted lo vote bien.
Salvo en el Senado Romano, Manolo, la edad no es compatible– con excepciones en Málaga y en Vigo– con la desenvoltura exigible a los jóvenes turcos de la política.
He seguido con atención tus cinco entregas. El psoe inicia la campaña reivindicando el pasado de 40 años de exitos en Ciudad Real y no hablando de nuevos proyectos. Que a nadie extrañe ningún resultado electoral el domingo cuando se conduce mirando el espejo retrovisor.