Paco Cañizares, candidato del PP a la alcaldía de Ciudad Real, ha expresado hoy su apuesta clara y decidida para que nuestra historia y tradiciones sigan siendo la seña de identidad, y el motor de convivencia, que generen orgullo de ciudad.
Cañizares, que este lunes ha mantenido un encuentro con representantes de peñas, hermandades y asociaciones vinculadas a las áreas de festejos y tradiciones populares, ha asegurado que una de sus prioridades será “impulsar la marca Ciudad Real; el orgullo de ciudad y de capitalidad será uno de los ejes principales de mi gestión en el Ayuntamiento”.
Además, el candidato popular ha asegurado que este cambio lo quiere llevar a cabo de la mano de todos los que, desde hace muchos años, trabajan para fomentar y salvaguardar nuestras tradiciones y costumbres, “con ellos recuperaremos el orgullo de ciudad, capital de una gran provincia, que mira al futuro con ambición”, ha señalado.
Cañizares se ha referido, en concreto, a la necesidad de potenciar nuestra Semana Santa, como parte de nuestras tradiciones y como recurso turístico, la única fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, con una mayor colaboración con las hermandades y cofradías.
También ha anunciado que, si el próximo 28M los ciudadanos le dan su confianza, creará una comisión, en colaboración con las peñas, asociaciones y empresas locales, para lograr la ansiada declaración de La Pandorga como Fiesta de Interés Turístico Nacional, un proyecto que ha estado casi paralizado en los últimos años de gobierno del PSOE y Ciudadanos.
“Apostaremos por la cultura taurina”, ha añadido Paco Cañizares quien ha asegurado que Ciudad Real es una gran ciudad que cuenta, además, con unas extraordinarias tradiciones y costumbres que es necesario preservar y salvaguardar.
“Nosotros estamos muy orgullosos de ser y sentirnos ciudadrealeños. Y por eso nos comprometemos a seguir fomentando una cultura con sello propio, que sea plenamente consciente de la hondura de sus raíces y que quiera conservar el valor de la Ciudad Real que fue, de cara al tiempo de transformaciones y cambios que nos trae la Ciudad Real que viene” ha añadido Cañizares quien ha resaltado, por último, la importancia de seguir proyectando nuestro folclore, difundir nuestra cultura y que nuestras tradiciones vuelvan a tener un importante peso específico en la política municipal.
Algo sospechoso está pasando cuando la campaña, y no sólo la de Cañizares, se ha convertido en un catálogo de reuniones con asociaciones supuestamente representativas de diferentes colectivos en las que el candidato les dora la píldora a la vez que les promete el oro y el moro a sabiendas de que no va a cumplir nada de lo prometido. Ni un solo candidato tiene la más mínima idea sobre qué proyecto de ciudad tiene en la cabeza, ni reconoce los errores cometidos, ni sabe desembolverse fuera de cuatro lugares comunes y frases hechas. Se limitan a lamer la oreja de unos y otros y así todos tan contentos. Este ambiente falso y autocomolaciente es el síntoma inequívoco de que la ciudad se encuentra herida de muerte.