Jesús Millán Muñoz.- ¿Estamos haciendo teatro, cada día, cada minuto, hacia dentro y hacia fuera, en mayor o menor medida? ¿Tenemos papeles y roles y máscaras y posturas e imposturas…?
Todos, desde que nos levantamos, qué grados de realidad interna dejamos aflorar, que grado de realidad externa dejamos que entre dentro de nosotros. Unos más y otros menos, unos en unos campos y, otros en otros, estamos constantemente haciendo y haciéndonos en papeles, poniéndonos y quitándonos máscaras, haciendo unos papeles sociales y otros, en unos grupos o en unos círculos o en otros. Estamos y somos.
Pero alguien sabe lo que de verdad somos, lo que de verdad somos sin máscara, o la máscara y el papel es/son y forma/n parte de lo que somos. Algo así, como la naranja se recoge de un árbol, tiene cáscara y tiene un dentro y un fuera, pero de momento, no podría ser naranja, si no tuviese ambas realidades, externas e internas…
Durante décadas he estado oyendo discursos y sermones y conferencias sobre la autenticidad y la no-autenticidad, sobre todas estas cuestiones conexas. Porque la riqueza cultural y conceptual es enorme. Nos emborrachamos en las palabras, y en las definiciones de ellas. La cultura y los que cultivan la cultura, yo también, estamos ebrios constantes en/de las palabras y vocablos y términos y en la conexión entre ellos. Formamos y conformamos enormes grupos y posibilidades de interpretación. Bailamos con las palabras-ideas-imágenes-conceptos, nos emborrachamos con ellas. Y, nos encontramos y nos perdemos de y con y en ellas. Esta es la realidad…
Por tanto, cuándo conocer y saber que estás haciendo un papel y que solo llevas una máscara, o, cuándo sabes que esa máscara te la han puesto otros y las circunstancias. Tienes un oficio equis, y, todo el mundo, acaba viéndote como el ejercitador de ese oficio o profesión o vocación. Y, al cabo del tiempo, eres eso, ese oficio, esa máscara. Y, tú, tú te dices por dentro, “eres algo más o eres algo menos”, o ese concepto no encaja conmigo, o es una calumnia, porque todo ser humano es algo más y, quizás algo menos, de lo que él o ella se siente o se piensa o se percibe, o, cómo lo hacen los demás…
Qué es una máscara y qué es no-máscara y qué es no ser una máscara… Vivimos y existimos en múltiples mundos internos y externos, siempre luchando por la unidad dentro de uno mismo, cada uno con sus fines y sus deseos y sus pasiones y sus pulsiones. Cada uno con sus realidades, existenciales y vivenciales, con su presente y sus pasados y sus potenciales futuros…
Es fácil que yo, les indique a ustedes, quítense las máscaras. Pero qué es la máscara en usted. Soy un escritor fracasado, pero eso es una máscara o eso es una realidad. Me quito la máscara y me digo, no soy fracasado o puedo tener éxito. Pero sería real pensar eso. Me quitaría una y me pondría otra… No sé, lo que es una máscara, no sé cuántas máscaras llevo y arrastro, no sé cuántas tiene usted, no sé cuántas me pondré en el futuro. Porque no sé, los papeles y roles que todavía me quede ejercer, algunos escogidos por mí, otros devenidos de las circunstancias, situaciones, realidades posibles, que otros y otras personas, quizás están diseñando… Una nueva crisis mundial grave, cambia todo, y trastoca todas las posibilidades a y en todos los sentidos y significados… Somos de carne y neuronas y alma-espíritu, fuertes y débiles…
En Aceprensa, Helena Farré Vallejo, publica el día 23 de marzo del 2023, un artículo titulado: El síndrome del impostor: ¿Un nuevo fenómeno cultural? En el que nos describe algunos aspectos de estas cuestiones y temáticas y realidades culturales y conceptuales… Todo ha cambiado, porque antes una persona podría hablar cada día con diez o cincuenta, y, estás estarían físicamente al lado. Ahora, puedes hablar, potencialmente, con cientos, que están a cientos de kilómetros… El espacio existencial y vivencial ha cambiado y se ha modificado radicalmente –antes un hijo italiano emigraba a Argentina, y la madre no sabía nada de él, hasta después de dos meses, al menos-.
Solo sé una cosa, que todo ser humano, desde su máscara o papel o roll o postura o impostura, tiene una obligación y un deber y un derecho, en la medida de lo posible: buscar mayores grados de verdad y veracidad y verosimilitud, mayores grados de bien y bondad moral y bien en todos los sentidos racionales y morales y legales, y, besar la belleza moderada y racional. Estos tres grandes trascendentales, que durante siglos, han sido el norte de la prudencia y la equidad en Occidente.
Y, mientras así han sido hemos ido progresando en todos los sentidos. Y, si olvidamos esos nortes y norte, nos perderemos, y nos enredaremos en las máscaras… solo la verdad y el bien y la bondad y la belleza y la equidad y la prudencia y la racionalidad y la templanza y la fortaleza y las grandes virtudes que durante siglos se han ido definiendo y decantando, nos pueden permitir ser y estar de forma correcta con y en nosotros mismos, y en el mundo…
No sé, otra solución, quizás, usted tenga otra… ¡Sea usted prudente, porque existen muchos impostores y engañadores y manipuladores y tergiversadores y mentirosos, que lo que quieren es su alma y su carne y su mente y su persona y sus esperanzas…! ¡Sea usted prudente…! ¡Se lo dice un escribiente fracasado como escritor…!