Por ello, es tan importante que un año más compartamos esta reflexión con toda la sociedad y aprovechemos la efemérides del Día Internacional del Cáncer de Mama para animar a todas las mujeres a estar vigilantes e informadas y a participar en el Programa de Detección Precoz de la enfermedad que se desarrolla desde 1992 en Castilla-La Mancha con la colaboración de las asociaciones de las afectadas y sus familias.
Un programa que ha situado a Castilla-La Mancha a la vanguardia en cuanto a prevención de cáncer de mama en toda Europa, ya que las autoridades sanitarias europeas recomiendan practicar mamografías cada dos años a las mujeres entre los 50 y 70 años y aquí lo hacemos a partir de los 45 y hasta los 70. Este año más de 135.000 mujeres serán citadas para participar en este programa
Además, en los últimos años hemos emprendido importantes mejoras en los hospitales públicos, incorporando los avances en el diagnóstico, tratamiento e investigación del cáncer de mama, y nos hemos comprometido firmemente en, elevar la concienciación de las mujeres, y eso también ha contribuido a reducir sensiblemente la tasa de mortalidad que se sitúa en 21,7 por cada 100.000 mujeres, casi cuatro puntos por debajo de la media nacional.
Hemos incrementado los profesionales en el área oncológica, se han puesto en marcha nuevos equipos y herramientas de diagnóstico de alta tecnología; se han incorporado técnicas de reconstrucción de mama y se han abierto nuevas unidades de radioterapia, linfedema y de investigación oncológica.
En esta lucha contra el cáncer el Gobierno de Barreda está en coalición con la sociedad, y trabajando para dar respuesta a las demandas asistenciales y de rehabilitación psico-social, familiar y laboral de este colectivo. Vamos de la mano de un tejido asociativo muy activo y que trabaja con ahínco para elevar la calidad de vida de las enfermas y su entorno y reducir el impacto personal y social que, hasta hace poco tiempo, llevaba aparejada esta enfermedad oncológica, que es la más frecuente entre las mujeres.
Una vez más tengo que mostrar públicamente mi reconocimiento a las asociaciones y a los profesionales por su complicidad, y agradecer muy especialmente la labor que realizan aquellas mujeres enfermas, o que lo han sido, y sus familias, que ayudan y sirven de guía a otras para aprender a afrontar con coraje los efectos de la enfermedad y su tratamiento, y superar las barreras psicológicas, personales, familiares y sociales que genera a su alrededor.
Con sensibilidad, tesón y compromiso podremos lograrlo entre todos.
