No a los privilegios: Un nuevo modelo electoral Nacional, Autonómico y Local

Dicen, cuentan, vuelven a decir y de nuevo nos cuentan y más en periodos electorales que las elecciones son la fiesta de la democracia y yo les digo que para que esto sea así sería necesario respetar algunos principios generales de convivencia, de ética política y social, de igualdad de oportunidades y más aún de dignidad para con los candidatos que aspiran a representar a los ciudadanos.

Unas elecciones son libres y democráticas solamente si todos los candidatos, que  quieren presentarse a las elecciones, tienen las mismas oportunidades de poder competir para alcanzar el mismo objetivo y más aún cuando las elecciones son pagadas con fondos públicos de todos los contribuyentes. Mientras siga este sistema partitocrático de los que siempre están en el poder y no lo pierdan cuando se convocan las elecciones no habrá una verdadera democracia y, nunca, nadie podrá decir que se respeta el principio de igualdad de oportunidades, tantas veces cacareado por los partidos progresistas para defender la educación la sanidad y los servicios sociales

¿Quieren saber cómo funciona el actual sistema electoral de privilegios, dentro de esta democracia, hecha a la medida de algunos?  Es muy sencillo se reúnen en el ayuntamiento, en la comunidad o en gobierno central y se reparten las calles de todos los ciudadanos, las farolas, los medios de comunicación, los tableros para poner la propaganda, realizan pancartas de cinco metros en los lugares privilegiados, editan folletos de treinta páginas, se adueñan de los establecimientos públicos para los mítines y dejan a los demás lo que ellos no quieren de tal manera que aquellos partidos que libremente aspiran, por derecho propio y constitucional,  al gobierno nacional, autonómico o  local, se tienen que conformar con la farola  colocada en el extrarradio de la población, con la calle última del pueblo o  ciudad,  con un minuto en los medios de comunicación, con un debate entre los pobres porque los ricos( PSOE, PP, Cas y Podemos) juegan en división de honor. Estos  partidos privilegiados   saben que van a recorrer para llegar a la final, la mitad, de metros que los partidos nuevos  o pobres y que a cambio de recorrer  la mitad del camino, debido a los grandes privilegios, recibirán grandes subvenciones públicas mientras los pobres no tendrán ni para comprar pipas.

Pero si algún partido de división de honor que predica la igualdad por doquier y que practica la mayor de las desigualdades y la mayor de las deshonestidades llega a endeudarse por los gastos de campaña, como ha ocurrido en varias ocasiones,  no tendrá ningún problema porque les rescataremos con fondos públicos,  como ha ocurrido con las Cajas de Ahorros gobernadas por los políticos ricos del PSOE y del PP. Parece oportuno que si ellos discriminan a los partidos pobres o pequeños, al menos permítannos  que podamos  pedirles  que no sigan  engañando a  la ciudadanía constantemente con la cantinela de la igualdad de oportunidades porque la hipocresía  con la que predican ya nadie se la puede creer y les hace daño a sus inteligencias. Los partidos políticos representan a los ciudadanos en su andadura para lograr el gobierno de las instituciones, pero mal se comienza si ese gobierno se adquiere con malas artes, con tremendas desigualdades, con engaños y con falta de libertad para que cada uno se exprese como quiera, donde quiera y en las mismas condiciones que todos. Nadie, constitucionalmente hablando, puede coartar la libertad de los que pretenden alcanzar el gobierno de las instituciones y mucho menos los partidos ricos (PSOE y PP) que están subvencionados con fondos públicos.

Si a todo esto le añadimos una ley electoral totalmente    injusta, arbitraria y potenciadora de las desigualdades y que castiga  tremendamente a los pequeños partidos, de tal forma que miles de votos  emitidos por los ciudadanos van directamente  al saco de la basura  pero sí son contados para establecer el tanto por ciento de participación y, por ende, de la justificación de los poderes públicos de su buen trabajo y dedicación. Es evidente que este sistema que posibilita que un voto nacionalista tenga el valor de cuatro votos  castellanos, andaluces, valencianos o extremeños,  que potencia el desigual valor del voto indirecto reduciéndolo a la voluntad del ganador en sus posibles consensos, no tiene ningún sentido, y, espero que más pronto que tarde, se  cambie para así potenciar la democracia y la participación.

Proponemos  un sistema, moderno,  libre, justo con igualdad de oportunidades  para todos los que deseen ser representantes de la sociedad en las instituciones,  bien a través de un partido político, bien directamente con los ajustes pertinentes, y para ello es preciso modificar la ley electoral en algunos puntos: A nivel de España solamente debe haber una circunscripción nacional con voto directo a los candidatos y doble vuelta entre los dos candidatos que más votos hayan obtenido. Este mismo proceso debería ejecutarse a nivel autonómico y municipal para  dar oportunidad a los ciudadanos de poder votar al candidato que estime oportuno sin tener que hacerlo indirectamente y por representación.

Es muy importante que al convocarse las elecciones todos los cargos, tanto, a nivel nacional, regional y local, cesen en sus respectivos cargos  para evitar las desigualdades entre candidatos. No parece tolerable que el presidente  del ejecutivo, los presidentes autonómicos, los presidentes de las diputaciones y los alcaldes viajen en coche oficial para hacer la campaña usando todos los medios públicos mientras los demás lo hacen en sus coches particulares, por ejemplo. 

Se formaría en cada circunscripción nacional, regional, provincial y local la oficina de los candidatos para asegurar que todos tienen los mismos medios pagados con fondos públicos para poder llegar hasta el último ciudadano, y así  informarle del programa que cada formación política que presenta en cada una de las respectivas circunscripciones.  Es evidente que de esta forma todos los candidatos que deseen presentarse tendrán al menos los medios precisos y necesarios para poder conectar con el ciudadano. Igualmente se sortearán las calles, farolas, cartelones así como todos tendrán los mismos tiempos en los medios de comunicación públicos.

De no hacerlo así o de una forma pactada, pero siempre respetando el principio de igualdad de oportunidades, es evidente que los partidos en el poder siempre conservarán los privilegios que en unas elecciones consiguieron con los votos de los ciudadanos. Es decir estos privilegios los partidos de primera división (PSOE, PP)  los adquirieron para una legislatura pero no para toda la vida porque de ser así no existe verdadera democracia, ni libertad  y mucho menos igualdad de oportunidades para los candidatos que libremente quieran presentarse.

Sé muy bien que esto supone un gran cambio electoral y de ética política que debe ser implementado desde el gobierno de la nación. Sé  que ellos no estarán nunca por la labor, mientras estén en el poder,  porque están en contra del principio de igualdad y a favor de mantener eternamente los privilegios que, un día, les otorgó el pueblo español para una sola legislatura y ellos se han apropiado de ese privilegio para siempre. Pero hay que tener en consideración que los privilegios electorales son los  que plantean mayores problemas sociales  porque se  pueden ganar unas elecciones partiendo  de un principio de desigualdad de oportunidades y esto es lo más grave que puede  ocurrir en democracia.  Apostemos por mejorar y por el principio de igualdad de oportunidades siempre y en todo momento.