Unas metas que junto al derecho a la educación, la lucha contra enfermedades como el sida, el paludismo o la malaria, o la preservación del medio ambiente, requieren una seria implicación de los gobiernos y la ayuda de los ciudadanos para conseguir que la miseria y la pobreza de aquellos lugares del mundo menos desarrollados pueda transformarse en fórmulas de desarrollo sostenido y sostenible que aseguren el bienestar de estos pueblos.
En esta causa las Administraciones cuentan con instrumentos necesarios para seguir concienciando a la población como son los movimientos de lucha contra la pobreza que pretenden garantizar que se inviertan mayores esfuerzos en erradicar la situación de miseria extrema que afecta a una cuarta parte de la población mundial.
Pero también hace falta una implicación de las principales empresas multinacionales y de los ciudadanos de los países desarrollados como elementos clave para lograr que los Objetivos del Milenio dejen de ser una utopía y puedan convertirse en una realidad objetiva a medio plazo.
En Castilla-La Mancha, una región solidaria y comprometida con la causa de los más desfavorecidos, hemos destinado este año 44,3 millones de euros del presupuesto de la Junta a 115 proyectos de Cooperación al Desarrollo para impulsar mejoras sanitarias, educativas y sociales en países, en vías de desarrollo de África subsahariana, América del Sur y Centroamérica y Caribe, dando así respuesta al espíritu solidario de nuestros ciudadanos.
Y por ello, hemos creado instrumentos de participación como la Fundación castellano-manchega de cooperación al desarrollo que en los últimos cuatro años ha desarrollado 118 proyectos que han beneficiado a más de 600.000 personas, y que está organizando el II Foro de la Solidaridad que se celebrará en Toledo a primeros de noviembre.
También impulsamos proyectos y prestaciones en Castilla-La Mancha para atender a las personas más pobres que viven entre nosotros y que precisan ayudas de emergencia social por situaciones excepcionales que, en lo que va de año, han percibido casi 1.900 ciudadanos, o un salario mínimo de solidaridad para garantizar la inserción social de personas y unidades familiares sin recursos económicos del que son beneficiarios 506 castellanomanchegos.
Asimismo, y en colaboración con otras entidades desarrollamos 42 proyectos de sensibilización en Castilla-La Mancha, así como programas y prestaciones de integración social a través de subvenciones para comedores sociales, albergues y otros servicios de apoyo para la inserción sociolaboral y familiar.
Desde aquí quiero felicitar a las Asociaciones y ONGs, a los voluntarios y al personal de la Junta de Comunidades por el trabajo que desarrollan desde el convencimiento de que en este esfuerzo debemos seguir sumando para erradicar la pobreza y vencer esta injusticia que afecta a buena parte del planeta. Los gobiernos solos no pueden y por ello, la sociedad civil debe implicarse abiertamente a través del resto de sus instituciones, empresas y entidades privadas. Entre todos podemos.