Un torneo muy singular tendrá lugar el jueves 4 de mayo, de 18.30 a 20.00 horas, en el Museo del Quijote-Biblioteca Cervantina de Ciudad Real. La ‘I Justa Poética Oretania: Palabra de Vida’, a cargo de los poetas Luis Díaz-Cacho, José González Ortiz y Juan Camacho, quienes defenderán sus creaciones.
El poeta y cantautor Alfredo Jesús Sánchez Rodríguez será el juez mediador encargado de velar por el buen funcionamiento del duelo poético, para lo que utilizará, si es necesario, el arma de la música y las estrofas para llevar a buen puerto esta primera justa poética organizada por el Grupo Oretania, según ha informado Oretania en nota de prensa.
Las justas poéticas eran certámenes literarios que se popularizaron en el Siglo de Oro para conmemorar celebraciones religiosas, efemérides o actos solemnes, en las que los principales autores de la época competían entre ellos. Ahora vuelven, en el mes de mayo, al Museo del Quijote-Biblioteca Cervantina de Ciudad Real gracias a una iniciativa del Grupo Oretania, con la colaboración de Ediciones C&G y el Alfar Arias. Serán tres poetas ciudadrealeños los que se batan en este peculiar duelo de poesía y música.
Desde las 18.30 hasta las 20.00 horas, del jueves 4 de mayo, los tres poetas, quienes podrán estar acompañados de tres rapsodas, se auparán al palenque para revivir el espíritu del Siglo de Oro.
Así, el poeta y cantautor manchego Alfredo Jesús Sánchez Rodríguez será el encargado de abrir la velada con una de sus composiciones. Tras él llegará el primer turno del poeta Luis Díaz-Cacho, quien defenderá su libro ‘Vivir cada día’. El poeta José González Ortiz hará lo propio con su obra ‘Ciudad Evanescente’ y el poeta Juan Camacho, con ‘Y volverá el hombre’, cerrará el primer turno de intervenciones, al que seguirán otros dos más.
Un combate narrativo al que pondrá música el poeta y cantautor Alfredo Jesús Sánchez Rodríguez, quien también velará por que ninguno de los participantes exceda el tiempo designado.
LOS LIBROS
‘Palabra de vida’ es el lema de la primera ‘Justa Poética Oretania’, para cuya celebración se han escogido tres libros que tienen la vida y el existencialismo como principal motivo. Así, en ‘Vivir cada día. Poemas de crecimiento personal’, de Luis Díaz-Cacho Campillo, se encuentra un libro de crecimiento personal para entender las circunstancias que nos rodean, los estados de ánimo que nos condicionan y la manera de comportarnos ante los acontecimientos de la vida, a través del instante que el verso vierte ante nosotros. En él dice el poeta: «He de vivir la vida intensamente/como si de un instante a otro/todo fuese a perecer».
La ‘Ciudad Evanescente’ de José González Ortiz es un espacio virtual, una patria inexistente donde se puede soñar y dar rienda suelta a la utopía, las emociones, a la vida. Es una ciudad ficción, una galaxia invisible, construida con palabras o lo que sugieren las mismas o, mejor dicho, los diferentes matices o elementos que conforman una urbe en el sentido de pertenencia a la cultura humana. Es decir, todo lo que se reúne en el vivir de cada día: gentes, pensamientos, animales, cosmogonías, aciertos, fracasos, calles, jardines, casas, circunstancias. «La ciudad hermética/cierra sus puertas y ventanas/mientras los lacerados de la vida/lamen sus traumas en la entrada de un Metro», dice en uno de sus pasajes.
‘Y volverá el hombre’, de Juan Camacho, aparece como un piélago existencial: mareas de vida que contienen muchas aguas y muchas experiencias vitales, reducibles en último término a una sola vida, una sola agua, un solo mar: lo humano que puede predicarse de cada mujer u hombre individual y concreto. Una poética humanista anunciada desde el mismo título hace posible identificarse con mensajes que nos reflejan más allá de nuestras divergencias y diversidades. «Discurría mi vida monótona y sencilla/sin grandes preocupaciones./Solo el amor parecía inquieto», es uno de sus fragmentos.