Ramón Castro Pérez.- El sistema español de pensiones es un sistema de reparto. Esto significa que el dinero de las cotizaciones se destina a satisfacer las pensiones presentes. En otras palabras, lo que aportamos a la Seguridad Social es para la generación que ya está jubilada.
La primera de las implicaciones
Si las pensiones son elevadas y los pensionistas muy numerosos, las generaciones que trabajan en ese momento deben realizar un esfuerzo extra para sostenerlas. Si ese esfuerzo fuese tal que peligraran los empleos, la Seguridad Social necesitaría transferencias desde los principales impuestos (IRPF e IVA), pero este hecho restaría capacidad para gastar en lo que nos hace crecer: políticas de educación, sanidad, productividad y empleo. Esto es lo que está sucediendo y aún se agravará más en el futuro debido a nuestra demografía.
La segunda de las implicaciones
Cuando un sistema es de reparto, no existe la máxima «cada palo que aguante su vela» ni tampoco «ya decidiré yo si quiero más o menos pensión» ni menos aún «yo decido lo que pongo, como si no pongo nada y lo ahorro yo mismo». Estas sentencias las he escuchado demasiadas veces a demasiadas personas, tanto que me atrevo a decir que un buen porcentaje de la población cree, primero, que el sistema español de pensiones es de capitalización e ignora, segundo, qué es y qué significa el reparto entre generaciones.
Ramón Castro Pérez es profesor de Economía en el IES Fernando de Mena (Socuéllamos)