Eduardo Muñoz Martínez.- Este lunes de la quinta semana de Cuaresma, tras la eucaristía del septenario que la Hermandad de la Virgen de los Dolores de Ciudad Real está celebrando en honor a su titular, a la que asistieron jóvenes y profesores de Pastoral Universitaria, con su consiliario, el sacerdote Luis Eduardo Molina, la Parroquia de Santiago acogió la oración del Viacrucis, que bien podríamos definir como al «estilo» Hakuna, una asociación privada de fieles, con personalidad jurídica propia, que nace en Madrid, en 2012, aprobada por el arzobispo Carlos Osoro.
Lo especial de este tiempo de oración es que fueron invitados a unirse, y lo hicieron, diversos grupos: los alumnos del Seminario Menor, acompañados de Tomás Jesús Serrano Sánchez, presbítero responsable de su formación; grupos de jóvenes de las hermandades penitenciales ubicadas canónicamente en la parroquia; los jóvenes de Pastoral Universitaria, y jóvenes de Hakuna, de nuestra ciudad y de Bolaños de Calatrava.
En una perfecta «simbiosis», todos se unieron en la oración y en el canto, hasta llegar a introducirse en el misterio del Amor de Dios, elevado a la magnitud de morir y resucitar por nuestra salvación.
Los cantos, entresacados del disco «Pasión», de Hakuna, interpretados por los jóvenes bolañegos de esta asociación y los de Pastoral Universitaria, han ido acompañando los relatos bíblicos de cada «estación», que conforman el ejercicio del precitado Viacrucis.
«Hay que dar gracias a Dios, – decía luego Antonio Ruiz García, uno de los sacerdotes que cuidan espiritualmente esta comunidad parroquial -, y pedir por los jóvenes, para que sean testimonio vivo del Amor que Él les tiene, en medio de los ambientes en que se mueven.