Sobre los cambios en la lista de espera de CEX en el SESCAM

Comunicado del sindicato Solidaridad Obrera.- Durante las últimas semanas hemos podido leer en medios de comunicación algunos movimientos denunciados por profesionales sobre las listas de espera de consultas externas en el SESCAM.

En Solidaridad Obrera, como sindicato mayoritario entre el personal informático del SESCAM, hemos recabado información acerca de este asunto y queremos informar de lo siguiente.

Todos los problemas de los que se hacían eco la semana pasada los medios se debe a un nuevo mecanismo de citas de primera consulta que se ha implementado en el SESCAM dentro de la aplicación que gestiona la Historia Clínica Digital a través de un proceso automatizado que se va a ir instalando en todas las Gerencias del SESCAM y que a nuestro parecer busca un objetivo poco claro y que podría tener algo que ver con el maquillaje de las estadísticas de la lista de espera para consultas externas.

La Ley 3/2014, de 21 de julio de garantía de la atención sanitaria y del ejercicio de la libre elección en las prestaciones del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha establece tiempos máximos de atención al paciente, además todos los servicios sanitarios del Sistema Nacional de Salud deben mandar estadísticas al Ministerio de Sanidad para tener datos de cómo es de eficiente la atención sanitaria en cada comunidad.

Las estadísticas que se envían desde el SESCAM se obtienen a través de una aplicación llamada Montesinos que para ello extrae información de las citas de pacientes en otra aplicación, Mambrino XXI. Este software extrae así todas las estadísticas que se necesiten enviar, incluyendo todas aquellas primeras citas que se hayan dado a más de 90 días para especialistas (consultas externas) que vienen normalmente solicitadas desde médicos de cabecera (primaria) o desde otros especialistas (especializada). Esta aplicación la mantiene una empresa externa llamada Accenture.

Al personal propio informático del SESCAM se les pide primero que modifiquen Mambrino para que no pueda dar citas a más de 90 días para la prestación “Consulta Primera”. Esas citas por lo tanto quedan esperando en un buzón que ya existía desde que existe esa aplicación. A este buzón solían ir las pocas citas que no encontraban ningún hueco ni siquiera a más de 90 días y era posteriormente tratado por personal administrativo de los servicios de citación. Ahora este buzón está creciendo de manera exponencial porque casi ninguna primera cita puede ser atendida, primero porque hay pocos huecos a menos de 90 días (debido a los recursos de horas de médicos existentes que hay actualmente) y segundo, porque aunque haya huecos a menos de 90 días tampoco se ofertan para que pueda citar el administrativo en caso de que exista alguien en el buzón para el mismo servicio y prestación en espera de cita. El resultado es que es prácticamente imposible que algún paciente se vaya con cita para una primera consulta de un centro sanitario cuando se la solicitan.

Lo segundo que se hace es hablar con la empresa privada que lleva el desarrollo de Montesinos para que programe un nuevo proceso automatizado que se ejecuta todas las noches y que vaya cogiendo esas citas que se están guardando en el buzón paralelo y busque huecos para dar citas y siempre a menos de 90 días. No se entiende tampoco porque ese desarrollo no es realizado por los propios trabajadores del SESCAM o a lo sumo por otra empresa que se encarga de la aplicación Mambrino llamada CGM y que tienen más experiencia en este aplicativo. Este es uno de los peligros de la privatización que venimos denunciando desde 2019 en los servicios de informática de todo el SESCAM.

El efecto que se consigue con estas dos medidas es que jamás van a existir citas a más de 90 días para “Consulta Primera”. Si no existen citas a más de 90 días para esa prestación, nunca va a haber estadísticas negativas que indiquen que hay demora a más de 90 días para primera consulta, ni se verán perjudicados las medias del tiempo de demora en general.

Las consecuencias de estos dos cambios son múltiples y potencialmente perjudiciales para los pacientes. Por un lado una persona puede permanecer semanas en ese buzón hasta que el proceso automático encuentre un hueco a menos de 90 días para primera consulta y mientras no estaría siendo contabilizado a efectos estadísticos, lo que consideramos una mala praxis y no sabemos si presuntamente ilícita. Si esto no se trata de manera manual (lo cual es posible) se podría llegar al caso de que no se cumpla la ley de garantías con esa persona si permanece el suficiente tiempo esperando. Por otro lado, el proceso automatizado no ha contado con las garantías de los procesos de ingeniería del software que los trabajadores públicos del SESCAM han solicitado por escrito y verbalmente, y como consecuencia este proceso automático da citas sólo teniendo en cuenta el servicio y la prestación para la que se pide cita, por lo que está originando problemas como por ejemplo que una persona adulta haya sido citada para cardiología infantil (caso real). O por ejemplo que una persona con una dolencia de un hombro pudiera ser citado a una agenda de pies, ya que la dirección no hizo caso a los expertos que advirtieron de que existen agendas monográficas para este tipo de dolencias. Y por último, al haberse instalado sin todas las pruebas necesarias se están produciendo errores con otras aplicaciones que necesitan datos que el nuevo proceso automático no crea correctamente, generando incidencias técnicas. También al haber eliminado la posibilidad a los administrativos de citaciones de citar a más de 90 días para primera consulta se ha perdido el contacto presencial con el paciente en la gran cantidad de casos en los que no podrán darle una cita para primera consulta. Anteriormente el administrativo podía consultar con el paciente en qué ubicación le venía mejor su cita (posibilidad de elegir el centro, por ejemplo un CEDT cercano a su domicilio frente a un Hospital más lejano) o consultar con el paciente si la fecha propuesta le venía bien o no porque tuviera algún otro evento o proceso asistencial en esa misma fecha que le impida asistir, etc. El proceso automático no puede conocer estas necesidades y no las tiene en cuenta. La ciudadanía paga las consecuencias de hacer cambios con prisas y saltarse los estamentos técnicos que representan los funcionarios estatutarios. Algo a lo que el SESCAM nos tiene tristemente acostumbrados.

Los expertos consultados no ven ningún beneficio frente al funcionamiento anterior. Crea problemas, no mejora ningún proceso de citación, modifica sustancialmente la manera de crear las citas a consultas externas a más de 90 días de primera consulta y también la manera de recopilar los datos para la lista de espera.

La Directora Gerente, Regina Leal, ha sido la persona de dirección que ha estado detrás de la solicitud de estos cambios,  pero no es entendible ni las prisas con las que se ha pedido, evitando pruebas intensivas o el pilotaje a medio plazo de un cambio tan complejo como este. Es cierto que se probó durante unos días en la Gerencia de Alcázar de San Juan y a pesar de que había errores y se conocieron los posibles riesgos se decidió instalar en Toledo, Ciudad Real y pronto estará instalado en toda la región. No se está priorizando la resolución de los errores provocados, sino que se prioriza que siga la instalación en el resto de gerencias, algo que es totalmente inusual. Cuando se detectan problemas se suele parar la instalación en nuevas sedes y se intentan corregir los errores antes de seguir avanzando.

Todo estos cambios sólo nos suscitan dudas razonables:

¿Por qué se pide algo así si no reporta beneficios y genera problemas, por qué se ejecuta tan rápido y evitando las advertencias de los técnicos, por qué se prioriza la implantación del nuevo sistema sobre la corrección de los errores detectados?

¿Por qué justo ahora coincidiendo con la pre-campaña electoral?

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