Pedro Ruiz, en el recuerdo

Isidro Sánchez. Historiador.– El amigo Jesús Camacho Segura lanza la noticia. Pedro Ruiz García acaba de morir. Parece mentira. En el frío febrero fallece el primer secretario general de la Unión Regional de CCOO. Su vida transcurre “impregnada de rebeldía ante la dictadura franquista y de compromiso con las ideas de izquierda”, escribe Jesús Camacho. Su actitud, conducta y trayectoria, su vida en fin, es un “legado para muchas personas de la organización, un legado que marca una rigurosa manera de entender la defensa de los intereses de los trabajadores y trabajadoras”.

Pedro es un admirable conversador, en persona o por teléfono, y es fácil captar su fuerza argumental. Y su cultura, con grandes dosis de autodidacta. Gran lector, se permite recomendar libros con frecuencia. También un organizador. El 15 de junio de 2016 algunos amigos acompañamos a Pedro Ruiz, pues quiere enseñarnos en Puertollano el Lugar 1 y el Lugar 2. Y es que un periodista del diario El Mundo le entrevista para hacer un reportaje sobre personas nacidas el 18 de julio de 1936. Con sus 80 años, Pedro sube hacia el Lugar 2 con paso decidido y sin muestra de cansancio. Es un espacio entre rocas, con abundante vegetación, desde el que se divisa una vista impresionante. Allí se reunían los trabajadores de CCOO en clandestinidad, hasta 200 personas en alguna asamblea, comenta Pedro. Enfrente, en otra elevación del terreno, está el Lugar 1, que utilizaban los afiliados al Partido Comunista para sus reuniones clandestinas.

Además, correcto y simpático, según un informe de la policía franquista. En concreto, de la Comisaría General de Investigación Social (Dirección General de Seguridad), con fecha 23 de noviembre de 1970, cuando Pedro está en “ignorado paradero” y reclamado en busca y captura por orden general del Cuerpo, número 9.965, de 3 de noviembre. En el mismo se indica que ejerce de una “manera descarada la labor de captación entre sus compañeros de trabajo, especialmente entre los jóvenes, haciendo alarde de su filiación comunista, razón por la que fue desposeído de su cargo de enlace sindical en 1967”. Desde ese año intensifica su militancia, palabra que no figura en el informe policial, claro está. Y utiliza reuniones familiares como medio de captación, en las que de una manera disimulada introduce “en la causa comunista a sus amistades, las que no eran escasas debido a su simpatía y trato correctísimo”.

De esa manera lo ve la policía en 1970 y sirve hoy para enfocar de entrada a persona y personaje. Es solo un documento, pero se pueden recordar otros, que muestran lucha, dedicación a la causa antifranquista, militancia comunista y relevante trabajo sindical. Vemos, por ejemplo, su expediente en la cárcel de Ciudad Real o determinada documentación judicial. Revelan su trayectoria política y social, su preocupación por los demás y su capacidad.

En septiembre de 1991 participa en un curso de verano de la Universidad de Castilla-La Mancha, celebrado en la Hospedería de Almagro. Bajo el título de Colaboración, pasividad y enfrentamiento: Tres actitudes colectivas ante el franquismo. Allí se puede comprobar que es uno de los elementos clave en la creación y desarrollo de CCOO en Castilla-La Mancha. Se detecta un hombre con ideas, que cree en la renovación, pero sin olvidar lo fundamental. Una hombre, todavía, después de tanta lucha y algunas decepciones, con un compromiso que es ejemplo para muchas personas.

Pedro Ruiz García nace en Villanueva de Córdoba el 18 de julio de 1936, como se ha visto, justo el día que comienza la sublevación militar contra el gobierno legítimo de la República. Cuenta Pedro en uno de sus escritos que va a la escuela de los cinco a los siete años, durante los inviernos, porque el resto del año está en el campo. Aprende “a mal leer, escribir, y sumar y, sobre todo, a rezar y, a tener miedo al infierno”. Expresa que es un niño malo, “según ellos”, pues forma parte de los “mal llamados hijos de los rojos”, a los que se intenta inculcar “amor a Dios, a la iglesia, a Franco y a la Falange, es decir, al régimen fascista”.

De los 11 a los 14 años, ya en Puertollano, vende tabaco y cerillas en el puente del ferrocarril de la calle san Agustín, de seis a ocho de la mañana. Después regresa a su casa, toma un vaso de agua con malta y, alguna vez, “si es que había”, 25 gramos de pan, y va a la escuela. Desde los 14 trabaja en una tejera o en la construcción de la Barriada 309. A los 18, el 16 de octubre de 1954, ingresa en la Empresa Nacional Calvo Sotelo (ENCASO), después denominada Repsol Petróleo.

Su primera actividad sindical puede situarse hacia 1959. Como consecuencia de un plante en el trabajo resulta expedientado y sancionado a tres meses de suspensión de empleo y sueldo. Participa en la creación del Comité comarcal del PCE y la UJCE en 1962 y en ese año, al calor de las movilizaciones, se constituye en Puertollano la primera Comisión Obrera de Castilla-La Mancha, gracias a la iniciativa de trabajadores de la Sociedad Minera y Metalúrgica de Peñarroya y ENCASO. Está formada, según Pedro Ruiz, por Francisco Huete Trapero (capataz de vías y obras en la SMMP, con 47 años), Manuel Caballero Vigara (operador de campo en ENCASO, 34), Antonio Ruiz Fernández (oficial instrumentista en ENCASO, 29), Andrés Cejudo Cano (oficial de transportes en la SMMP, 26) y el propio Pedro Ruiz García (operador de depuración de agua en ENCASO, 26).

En las elecciones sindicales de 1966 las candidaturas de CCOO obtienen un significativo triunfo en Puertollano. Como consecuencia de ello, Pedro Ruiz ocupa la presidencia de la Sección Social del Sindicato del Combustible de la comarca, aunque en febrero de 1968 los jerarcas lo expulsan del sindicato franquista. Es conocido que CCOO practica entonces la estrategia del “entrismo”. O sea, intenta cambiar la situación social desde dentro del Régimen, con la utilización de la propia estructura del Sindicato Vertical.

La influencia y actividad aumentan en Puertollano, pero los castigos y las detenciones también. Sobre todo durante los años 1970 y 1971, como resultado de la represión contra los participantes en las movilizaciones acaecidas por la clausura de las minas de Hullera del Centro. El gran movimiento desarrollado en Puertollano no impide su cierre y, además, lleva a la desarticulación de CCOO. Se producen detenciones en marzo, septiembre, octubre y noviembre de 1970 y comienzos de 1971. En el primer año, entran en la cárcel al menos 28 obreros de la comarca y en los meses de abril y junio del siguiente más de 20.

Pedro es encarcelado en junio de 1970, por haber participado en una reunión de la dirección estatal de CCOO, y despedido de la empresa. Antes de ese año es detenido hasta en 22 ocasiones, cuenta él mismo. Sale en libertad provisional de la prisión de Carabanchel en agosto con la petición de dos años y medio. Llega a Puertollano, pero tiene que abandonar la ciudad, junto con otros compañeros, campo a través, decretándose su busca y captura y procesado en rebeldía.

En septiembre de 1970 se incorpora a la dirección estatal de CCOO y en marzo de 1972 tiene que exiliarse. En Grenoble trabaja durante cinco meses en una carpintería. Hace después un curso de medio año para aprender francés. Luego trabaja casi nueve meses en una fábrica de calentadores eléctricos. Más tarde, recuerda Pedro, hace lo que antes no pudo: un curso intensivo de cuestiones políticas, económicas y sociales. Durante ocho meses, incluso sábados y domingos.

Regresa de forma clandestina a España en junio de 1974 y pasa a integrar el Comité directivo de Madrid del PCE. En la primavera de 1976 se incorpora otra vez a la dirección estatal de CCOO y se dedica a organizar el sindicato en Extremadura y Castilla-La Mancha. A comienzos de 1977 participa en una reunión celebrada en el despacho de abogados de la madrileña calle Atocha, unos días antes de la matanza que hace la ultraderecha. Allí resulta elegido secretario general de la Unión de Castilla la Nueva, nombre del órgano regional que ya comprende en ese momento las provincias de Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo.

Después se acoge a la amnistía laboral acordada en los Pactos de la Moncloa. Se persona en el Tribunal de Orden Público con su abogado y como resultado son sobreseídos todos los procesos que tiene pendientes. En septiembre de 1978, tras ganar en Magistratura su derecho a volver al puesto de trabajo, reingresa en Repsol Petróleo, en Puertollano.

Cuando cumple 57 años, causa baja en su empresa el 30 de noviembre de 1993, por jubilación anticipada. Y el 29 de diciembre de ese año se le tributa un homenaje al que asiste el secretario general de CCOO, Antonio Gutiérrez. Están presentes, su familia y otras muchas personas, como dirigentes de las uniones regional y provincial del sindicato, representantes de UGT Puertollano o Manuel Juliá (alcalde de la ciudad). También, Paula Fernández y Florentino López  (concejales de Izquierda Unida). Se hace un reconocimiento a una labor bien realizada, sobre todo en épocas muy difíciles, en favor de los trabajadores.

Hasta aquí un breve recorrido por la trayectoria vital de Pedro Ruiz, parte de una vida dedicada a los demás. Y lo repetimos, ya que hoy determinadas cuestiones parecen no estar de moda, como las aspiraciones de libertad, igualdad y solidaridad que tanto ha defendido nuestro hombre.

Cuando Pedro cumple 80 años, hace un autorretrato y se presenta así: “Soñador, romántico y sentimental y, deseo seguir ayudando a los jóvenes a luchar por una sociedad equitativa. Se puede lograr, si están dispuestos a desaprender. Si queremos resultados distintos a los conocidos, tenemos que hacer cosas distintas. Como sabéis, eso lo dijo Albert Einstein”. Espléndido final para esta breve historia de vida.

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