El Gobierno de Castilla-La Mancha está convencido de que las competencias de Enfermería contribuyen a la sostenibilidad del sistema sanitario y son una herramienta indispensable en el camino hacia el cambio del modelo, centrado en la salud de la ciudadanía. Así lo ha explicado la directora general de Cuidados y Calidad del SESCAM, Begoña Fernández, durante su intervención en el seminario ‘Solvencia y Sostenibilidad: Prescripción Enfermera’, organizado por la Facultad de Enfermería de la UCLM, enmarcado dentro del ciclo de Seminarios de Gestión 2023.
La directora general ha destacado que desde que Castilla-La Mancha puso en marcha la prescripción enfermera, hace ahora un año, “tenemos resultados muy positivos y hemos constatado, desde la evidencia científica, que al igual que ya pasara en los países donde se había puesto en marcha, en nuestra comunidad y a nivel nacional, la prescripción enfermera aporta mucho al sistema sanitario, no solo porque aumenta las competencias de los profesionales de este área, sino porque contribuye a mejorar la asistencia sanitaria de los ciudadanos”.
Fernández ha informado en su intervención de que en Castilla-La Mancha hay casi 10.000 enfermeras acreditadas, tanto con la acreditación de oficio que se hizo en 2021 como los que lo han solicitado vía ordinaria.
“En estos momentos pueden prescribir en base a las dos guías de heridas y quemaduras que hay protocolizadas y estamos trabajando para poner en marcha la de hipertensión y diabetes, así como la de ostomías. Desde que comenzamos hace un año, que pusimos en marcha todos los mecanismos de prescripción, entre productos sanitarios y medicamentos protocolizados se han llevado a cabo 240.000 actos de prescripción”, ha destacado la directora general.
Ante los estudiantes de Enfermería de Albacete, que según Fernández “tanto valor aportan al sistema sanitario”, la directora general ha puntualizado que en la práctica asistencial, la prescripción Enfermera permite educar a la persona y/o cuidador en el manejo del tratamiento, establecer estrategias para mejorar la adherencia, detectar e informar de efectos adversos relacionados con el tratamiento farmacológico, realizar un seguimiento para prevenir complicaciones, reducir la variabilidad en la práctica clínica y maximizar la efectividad y eficiencia de la atención sanitaria.