Ana Orallo y Ana Cabañero, dos mujeres que impulsan la transformación industrial de Repsol en Puertollano

La ciencia y las ramas del conocimiento derivadas de ella tienen la capacidad de cambiar la realidad. El Complejo Industrial de Repsol en Puertollano está en pleno proceso de cambio, transformando sus procesos industriales y trabajando con nuevas materias primas y vectores energéticos, apoyándose en la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas para lograrlo.

Las disciplinas STEM (llamadas así por sus siglas en inglés) están cambiando una realidad científica y social que sitúa a más mujeres en el ámbito científico y tecnológico. Fechas como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia pretenden visibilizar la labor de unas profesionales que defienden el conocimiento científico como base del cambio que se está produciendo y lo hacen visible cada día, en el Complejo Industrial de Repsol en Puertollano.

Ana Orallo es titulada en Ingeniería Química lleva más de 15 años trabajando en el área Química del complejo de Puertollano. Ella es Technical Advisor (experto técnico) en el departamento de Procesos y Diferenciación, asignada a la unidad de EVA/PEBD. Se dedica a estudiar y mejorar los procesos de la planta, donde se fabrican materiales altamente especializados, que clientes y transformadores convierten después en productos únicos de altísima calidad.

Su trabajo siempre ha sido retador, pero en estos momentos de transformación industrial se ha implicado en “proyectos muy interesantes como la nueva unidad de productos plásticos reciclados, Reciclex, que va a fabricar materia prima para aplicaciones de nuestro día a día, como envases de productos de limpieza con un porcentaje de plásticos reciclado de un 80%”.

En el Complejo Industrial de Repsol en Puertollano se llevan a cabo anualmente una media de 20 pruebas de fabricación de nuevos productos, “tenemos una producción casi a la carta y para poder fabricar algo así se requiere de ensayos previos, validación de nuestro proceso para las nuevas condiciones, pruebas industriales, ensayos en clientes…en definitiva, un trabajo científico global».

Durante los últimos meses está compartiendo sus conocimientos y experiencia con Ana Cabañero, estudiante de segundo año del Máster en Ingeniería Química de la Universidad de Castilla-La Mancha. Su titulación en Grado de Ingeniería Química le ha permitido acceder a una oportunidad formativa que ella define como “única”.

El Complejo Industrial de Repsol en Puertollano no es solo un lugar aspiracional donde trabajar, es un lugar donde aprender y desarrollar una carrera profesional sólida, donde el talento y la vocación científica son un valor añadido.

“Estar aquí – asegura – me permite tener un abanico muy amplio de futuras posibilidades laborales: puedo dedicarme a la química o al refino, pero también tenga la opción de elegir los proyectos de energías renovables que está acometiendo la compañía, y dentro de cada área, está la posibilidad de dedicarme a producción, a procesos, a mantenimiento o digitalización”.

Precisamente es en la digitalización donde Cabañero está centrando todas sus energías. Ana Orallo la acompaña en la planta de EVA/PEBD, pero los proyectos en los que participa son transversales ya que la digitalización es, desde hace casi una década, una de las palancas transformadoras sobre las que Repsol impulsa la transición energética.

“En nuestro trabajo – comenta Ana Orallo – la tecnología y la innovación han sido siempre herramientas en las que nos hemos apoyado, pero hoy más que nunca, nos permiten llevar a cabo procesos y trabajos de una manera más eficiente y segura”.

Por ejemplo, uno de los proyectos en los que Ana Orallo y Ana Cabañero colaboran consiste en conseguir pruebas de clasificación óptima de polímero, con el objetivo de detectar el producto anómalo y rechazarlo de manera automática.

El hecho de que ambas tengan una formación científica es fundamental para que puedan desarrollar trabajos tan cualificados. También lo son su capacidad y sus ganas. Para Ana Cabañero, “es muy ilusionante saber que puedes ayudar a mejorar los procesos, a mejorar el trabajo, durante estos meses tengo la oportunidad de aportar mis ideas, mis propuestas de mejora y eso también es fundamental en un futuro puesto de trabajo”.

La ciencia es eso, apuntan Orallo y Cabañero, una herramienta para buscar soluciones a problemas que plantea la sociedad. Además, apunta Ana Cabañero, “la ciencia es capaz de mejorar la situación, como en el caso de la escasez de combustibles tradicionales; no sólo se están buscando alternativas, sino que además son éstas proceden de fuentes renovables, consiguiendo reducir las emisiones de CO2 y, por lo tanto, frenar el cambio climático”. La ciencia, subraya Orallo por su parte, “nos permite tener un pensamiento analítico y una gran capacidad de adaptación a las dificultades que nos encontramos a diario”.

Las mujeres STEM en Repsol

De la misma forma que ambas encuentran un cambio en los modelos productivos del pasado, visibilizan un incremento en el número de mujeres con estudios superiores enfocados al ámbito científico. Desde la Universidad hasta el mundo laboral hay un camino que recorrer. Ana Cabañero, recién titulada asegura que “para quien esté empezando a estudiar, solo le diría que las cifras no le frenen, nuestro sector ha tardado en desarrollarse, pero hoy la situación está cambiando”.

Cuando hoy mira a su alrededor, en el Complejo Industrial de Repsol en Puertollano, ve mujeres “con una profesionalidad increíble y una devoción admirable por su trabajo, se notan que están motivadas y les gusta lo que están haciendo”.

Ana Orallo, asiente. Forma parte de ese porcentaje del 95% de mujeres STEM en el Complejo Industrial de Puertollano. Su experiencia es positiva, “en el transcurso de estos años he podido confirmar que este trabajo me llena y no me han faltado nuevos retos, creo que estamos viviendo un momento muy interesante de transformación y es algo que no me quiero perder”.

Para ambas, el colaborar de manera conjunta en proyectos transversales y transformadores con otros equipos y en otras áreas, no solo es una forma de crecer profesionalmente, la experiencia de compartir su visión personal del día a día está siendo muy positiva y enriquecedora. Un reto más de trabajo en equipo y de combinación de talento para cambiar la realidad.

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