Comienza la restauración de la bella iglesia de Asdrúbal, símbolo del pasado minero de Puertollano

La asociación de antiguos vecinos de la desaparecida barriada minera de Asdrúbal, en Puertollano, coordina los trabajos de restauración en la iglesia del Santo Cristo de las Minas, a fin de contribuir a la conservación del escaso patrimonio minero que aún subsiste en esta zona.

El Ayuntamiento de Puertollano colabora con el colectivo con una grúa, la instalación de andamios y la aportación de trabajadores para pintar el interior y exterior de este templo construido en pleno desarrollo industrial de la Sociedad Minero Metalúrgica de Peñarroya.

Esta iglesia abre sus puertas en el primer domingo de cada mes de diciembre para la celebración de la festividad de Santa Bárbara, con una eucaristía y una procesión alrededor del edificio, que reúne a antiguos vecinos de esta otrora populosa barriada.

Según recogen los estatutos de la asociación vecinal, su principal finalidad es la de “defender, conservar y ensalzar el espíritu de la minería de Puertollano, siendo efigie fundamental la parroquia de la barriada Santo Cristo de las Minas”. Las mejoras en el interior afectarán tanto al presbiterio como al retablo y la sacristía, mientras que el exterior de la iglesia se pintará y se efectuarán distintas reparaciones, como la de la espadaña y la de la roseta de la cristalera ubicada en la fachada norte.

Fuerza, constancia y lucha

Francisco Montoya, uno de los integrantes de esta asociación, ha ensalzado la labor de este grupo de puertollanenses, antiguos habitantes de esta barriada, gracias a cuyo afán e incluso aportación económica se sigue manteniendo vivo el recuerdo de la industria del carbón y de tantas familias mineras que vivieron «con el único fin de sacar adelante a los suyos».

El histórico poblado minero de Asdrúbal ha sido sometido a una destrucción sistemática en las últimas décadas que ha acabado reduciendo a un pedregal este rincón del legendario Puertollano de carbura y talega. Pasear hoy por estos parajes es un ejercicio de desolación tras la completa aniquilación del casco urbano, víctima de los intereses empresariales y particulares.

En la actualidad solo la iglesia, bajo la advocación de Santa Bárbara, ha sobrevivido. El resto del caserío, tan bullicioso a mediados del siglo XX, se ha convertido en una planicie de piedras a la que ni siquiera hay acceso. Todo el recinto, salvo el templo, ha sido vallado, y parte del terreno, roturado. Solo han perdurado las ruinas de las casas de ingenieros, a las que tampoco se puede llegar ya, vetadas por el alambre.

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5 COMENTARIOS

      • Eso sí, quien me los regala tiene la deferencia de poner claramente a rotulador a lo ancho del papel de aluminio mi nombre, Terminator 2, por si se me pierde alguno me lo podáis devolver si alguien lo encuentra. Piensa en todo este rojo jodío.

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