El Pacto por Castilla-La Mancha y la plaga de conejos

Unidad aerotransportadaUna plaga de conejos ha invadido, sin previo aviso y sin mediar provocación, el territorio de Castilla-La Mancha. Las cosechas de la provincia están alarmadas y temen por la integridad física de sus agricultores. No en vano, este voraz roedor, tan dotado de habilidades reproductivas y electorales, no atiende a razones ni a subvenciones, salvo a las compuestas de zanahorias, brotes verdes y otras delicatessen del campo manchego. De haber sido al contrario, la autoridad competente habría tenido alguna posibilidad de detener el avance implacable del poderoso ejército de lebratos, incorporando al Alto Mando Conejuno a la foto… fotocopia del Pacto por Castilla-La Mancha. Sin embargo, por todos es sabido que el conejo de campo supera en valentía, compromiso y bravura a otras especies de la familia de los agentes sociales, mucho más dóciles y domesticables que los invasores roedores.
Quizá ahora que en las arcas públicas abundan las telarañas sea un buen momento para que el pródigo Gobierno de Castilla-La Mancha abandone la senda del endémico manirrotismo absurdo e interesado del que hace gala y emprenda el duro camino de la negociación, el diálogo y el trabajo.
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