Hoy estoy más tranquilo que ayer y, seguramente, mañana lo estaré más y pasado mañana muchísimo más: Núñez Feijóo está aquí para salvaguardarnos.
Este hombre providencial ha dicho solemnemente que ante la gravedad de la situación “haremos lo que esté en nuestra mano para impedir cualquiera de estos despropósitos”. Una vez despertada la expectación, sólo quedaba abrir bien los oídos para no perdernos ninguna palabra:
“Presentaremos una propuesta para que la sedición se mantenga en el código penal y para que se introduzca como delito en el código penal cualquier convocatoria ilegal para separar una comunidad autónoma del resto de España”.
Han leído bien. Dijo que presentará una propuesta ¿A quién? Evidentemente, a los mismos que van a hacer lo que Feijóo ha manifestado que quiere evitar. ¡Caray! ¡Qué carácter! Me imagino al bueno de Gila levantando el teléfono.
-Oye Pedro, soy el jefe de la oposición ¿Abascal? ¡No, no! ¡Feijóo, soy Feijóo! No te molestes, hombre. Ya sabes que estas cosas no me gustan, pero no me queda otra que hacerte frente con todas las de la ley. Allá voy ¡No te enfades, eh, no te enfades! Allá voy, insisto. Oye, Pedro, que digo yo que por qué no retiras eso de suprimir el delito de sedición y……tan amigos?
Desgraciadamente, el gran Gila hace años que nos dejó; no podrá deleitarnos con alguna de sus parodias. Sin embargo, Feijóo está vivo; aunque, después de escucharlo, uno duda de si quien habló era humano o un androide con cerebro de inteligencia artificial en fase de prueba; ya saben, esa etapa en que la IA no para de decir sandeces. Antes de proferir semejante propuesta, el gran Feijóo lanzó al aire: “pues a mí no me van a silenciar” ¡Qué hombre, por dios; qué hombre!
No deberíamos extrañarnos. En Galicia demostró una enorme talla política, con decisiones tan trascendentales como la vacunación obligatoria. Sorprende que alguien tan centrado, al que beberse sorbo y medio de vino ya le parece un acto radical -aunque sea de Alvariño- no les hiciera una propuesta a los gallegos, vamos, como a Sánchez; habría sido lo propio. No. A los gallegos, el trágala; a Sánchez, vaselina. Un genio de la política enfocada al bien común y a la libertad individual. Afortunadamente, se consiguió parar la ignominia medicamentosa. Lo que nunca se parará con este hombre – accionado mediante IA en período de prueba- será la ignominia secesionista.
Además, este hombre de Estado parado en la centralidad ha dado en el clavo: Retiremos 19 millones de coches de la circulación. No les extrañe si tuviera una cadena de concesionarios; sería la única forma de justificar su…..que cada cuál la llame como le plazca.
Esta última medida es la aplicación de la Agenda 2030, extendiendo un poco los plazos.
El PP no tiene remedio ¿Cómo lo va a tener si se adhirió a la Agenda 2030 en tiempos de Rajoy? La diferencia con el PSOE estriba en la gradualidad; en los plazos de implantación. Nada más.
La forma de sonreír y aplaudir de Cuca Gamarra y Fernández Pons dio la impresión de estar activados mediante un mando a distancia por los mismos que insertaron la IA en fase de prueba a su caudillo providencial.
¡En manos de quién estamos! De traidores a diferente ritmo. Traidores, al fin.
Hay que enterrar a este falso bipartidismo de una vez, si no queremos que nuestro querido país pase a llamarse Expaña.
PP y PSOE: las anteojeras puestas en nuestros ojos para que no veamos el engaño. Pero el problema no es el bipartidismo. El bipartidismo es un síntoma, la mafia a la que se tiene que sumar todo aquél que tiene aspiraciones de poder. Una condición de vida en política que se premia con dinero y seguridad. Si obedeces, todo irá bien…
¿La solución? La democracia. No sé si estamos dispuestos a acometer el empeño. No tengo muchas esperanzas, lo confieso.