Los centros educativos “Comunidad de Aprendizaje”, se basan en un modelo de innovación educativa que fomenta la equidad, inclusión y calidad educativa a través de la participación activa de la comunidad educativa y el desarrollo de medidas de inclusión educativa a nivel de centro y aula que favorecen las metodologías y estructuras organizativas que permiten fomentar la presencia, participación y progreso del todo el alumnado.
En Castilla-La Mancha la primera experiencia de implantación de este modelo educativo tuvo lugar en el actual CEIP La Paz de Albacete para el curso 2007/2008 y posteriormente para el curso 2014/2015, se puso en marcha en el actual CEIP Entre Culturas de Hellín (Albacete). Más tarde, en 2016, la Dirección General de Programas, Atención a la Diversidad y Formación Profesional reconoció a determinados centros como Comunidad de Aprendizaje en Castilla-La Mancha.
Actualmente son 15 centros públicos los reconocidos como Comunidades de Aprendizaje en nuestra región: tres en la provincia de Albacete, en las localidades de Albacete, Hellín y La Roda; ocho en Ciudad Real, dos en la capital, tres en Puertollano, uno en Tomelloso, uno en Castellar de Santiago y otro en Pedro Muñoz; uno en Cuenca capital; y tres en Toledo, uno en la capital, uno en Los Navalmorales y otro en Navahermosa.
Además de dos centros, uno en Alovera (Guadalajara) y otro en Nambroca (Toledo), que están dentro de la “Red de Centros Comunidad de Aprendizaje”, pero que no tienen reconocimiento oficial, a fecha de hoy, como Comunidades de Aprendizaje.
Esta “Red de Centros Comunidad de Aprendizaje” engloba a varios centros de Educación Infantil y Primaria, un Instituto de Educación Secundaria Obligatoria, un centro de Educación de Personas Adultas, así como dos secciones de Educación Secundaria y dos aulas de adultos.
Para todos ellos, ANPE insiste en demandar una serie de medidas de mejora:
– Incremento de las plantillas por medio de una regulación específica de la relación de puestos de trabajo.
– Complemento económico específico para el profesorado, y el resto de profesionales de estos centros, por el desempeño de funciones en centros singulares.
– Bajada del número de alumnos por aula: máximo de 8 alumnos en Infantil; 10 en Primaria; 12 en ESO; y 15 en Educación de personas Adultas.
– Mayor dotación económica para gastos de funcionamiento y para el desarrollo de actividades complementarias y extraescolares.
– Dotación, actualización y mantenimiento de los recursos materiales e informáticos.
– Regulación específica del horario lectivo y complementario.
– Mayor dotación de profesorado de inclusión y para la convivencia.
– Regulación de la figura del mediador en estos centros.
– Autonomía para la determinación de los tiempos escolares.