Jesús Millán Muñoz.- Decía Luis del Olmo, en unas Conferencias sobre Tertulias en la Fundación Manuel Alcántara en 2014 que él nunca escribiría unas memorias…
Porque si redactaba una memorias se vería obligado a expresar lo bueno, según su parecer, pero también lo malo, según su parecer. Al oír, esa tertulia sobre la tertulia, formada por los grandes de la radio de España, durante varias décadas, recordé, que siempre esta ha sido mi idea y mi misma concepción.
Existen muchos escritores, que la base de sus vivencias, experiencias, recuerdos, memorias forman y conforman un gran poso, en su dimensión de redacción y temática. Nadie puede negar que lo que piensa y siente y lo que le haya sucedido, y el recuerdo que tenga de lo que le haya ocurrido, sea la gran masa y magma de sus contenidos…
Ante esta temática, me sitúo, en una posición enormemente difícil, no me gusta criticar negativamente a nadie, sea una entidad individual o persona, o sea una entidad jurídica o colectiva o social o ideológica o política o económica. Pero tampoco me gusta adular. ¿Entonces me encuentro, de qué hablo/escribo/valoro, qué clase de escritor y pensador soy…? La solución es siempre, elevar lo individual y lo colectivo a general y abstracto, sabiendo que en lo general y abstracto caben muchas matizaciones y límites y limitaciones y, aciertos y errores…
Bajo mi modesto y mesurado y humilde entender, entiendo y comprendo, que si otros hiciesen memorias y memorialismo, y me incluyesen a mí, sea de refilón o sea en un capítulo, posiblemente, si indicasen aspectos negativos de mi ser o actuar o forma de pensar o de sentir… Solo les puedo indicar, que, sin negar errores, errores de distinto tipo, pienso que he sido una persona de buena voluntad, de buen desear… Pero también, si yo expresase unas memorias, o simplemente una autobiografía, en la cual, se tienen que ver reflejados y pintados, otras personas, porque uno, no está solo en este mundo, de reflejo y de paso, tendría que narrar algo de otros seres humanos, en relación a mi mismidad. Y, debo contar, que muchos y muchas, no saldrían halagados, si narrase la realidad o verdad, según mi pensar y acontecer y experimentar y vivenciar y sufrir y padecer…
Puedo equivocarme, pero cómo lo puedo hacer, y, cómo no deseo adular a nadie, no deseo criticar a nadie. Y, esos nadies, no serían uno, ni dos o tres. Porque, nunca he deseado tener adversarios, ni menos enemigos. Me he encontrado en esta vida, con muchos seres humanos, que para sentirse vivientes, necesitaban tener adversarios… Pero no es mi caso. Pero si espero exista la Justicia de Dios, no que castigue a unos y/o a otros, incluido también puede suceder conmigo. Pero al menos, exista un Lugar o Tribunal, que cada uno de verdad, veamos lo que hemos hecho, percibamos de verdad lo que hemos hecho a los demás y a nosotros mismos y hemos dejado de hacer. Quizás, entonces, existan más lloros de los que pensamos. Muchos que creíamos muy buenos, no lo sean tanto. Muchos, otros que pensábamos eran muy malos, quizás no lo fueron tanto…
Nunca escribiré unas memorias, ni nada autobiográfico en sentido estricto. A lo sumo narraré ideas y conceptos y trozos de experiencias/vivencias/recuerdos, parcialmente, porque queda bien en el artículo, en el ethos, diré algo de mi existir, por algunos lugares, algunas experiencias, algunos recuerdos. Pero eso nunca será una autobiografía, una biografía sobre mi mismo, una vida sobre mi mismo, unas memorias de mí, una leyenda en el sentido medieval sobre mi mismo. Es más, pienso que nadie hará una biografía sobre mí. Pero cualquiera que se hiciese, siempre será errónea, porque muchas realidades ocurridas quedarán ocultas, otras se narrarán y no son verdaderas, seguirán con algunas calumnias, como en todo ser humano, malinterpretarán otras realidades…
En el fondo debo aceptar la realidad, nadie se ofenda, la realidad de mi mismo, he sido un tonto e ignorante e idealista y… que he fracasado. He fracasado en multitud de campos y realidades, en algunos he tenido éxito, moderado, en muchos fracasos enormes, especialmente, en la cultura y la Cultura, como creación y búsqueda e investigación, y, difusión, de la que he construido… Esa es la realidad hasta ahora. Y, es más, no soy perfecto, pero pienso que he sido una persona de buena voluntad –cosa que no se puede decir, de todas las personas-, he querido seguir los diez mandatos de Moisés, las leyes jurídicas de mi sociedad, y, pensar que la otra persona tiene sus derechos y sus deberes y su dignidad…
Y, encima, en muchos lugares, yo, que creo haber sido una persona de buena voluntad, no perfecta, soy considerado una persona mala y con maldad y de mala voluntad. En un juicio siempre deben existir dos pareceres, no solo uno. En demasiados sitios y lugares, he sido echado o no me han dejado entrar o te has tenido que ir para evitar males mayores. En demasiadas cosas, he fracasado. Esta es la realidad. Y, si hablo de esto, es que pienso que en esto, casi todos los seres humanos, tienen una sensación similar o parecida o semejante, al menos, en algunos temas…
Debo terminar, porque el columnismo moderno, no debe pasar de ochocientas palabras. Nunca escribiré unas memorias, porque si lo hago, yo tendré que narrar cosas obscuras de usted, y, aunque no lo crea, pocas de mí, porque no habré sido perfecto, pero no tengo obscuridades, aunque no sea perfecto –aunque si faltas morales-, aunque si he tenido que soportar algunas calumnias sobre mí, bastantes maledicencias, demasiadas malas voluntades por parte de otros, demasiadas personas inmorales que parecían buenas, pero que no lo eran… Y, pongo al Buen Dios como testigo…