Jesús Millán Muñoz.- Los que habitamos o los que hemos nacido en este terruño, quizás debamos confrontarnos con el espejo de nuestro yo y de nuestros siglos. Quizás debamos mirarnos al espejo.
En estos años, he ido construyendo pequeños edificios de palabras y de afectos y de concepto de y sobre y en la Mancha. Percibo/opino/pienso que en una modesta interpretación y reinterpretación, merecemos valorar y autovalorar y revalorizar más estos trozos de tierras, tiempo, espacios, historia, siglos. En definitiva, amarnos a nosotros mismos, conociéndonos mejor, querernos más a nosotros… No somos más que el resto de doscientas regiones de esta vieja y nueva Europa, no somos más que la decena y pico de regiones de esta Península Ibérica, no somos más que el resto de esta Hispania o Celtiberia o Ibería o Piel de Toro o Tierra de Conejos o… Pero tenemos derechos a nuestra copa de agua y sal y sol y aire, como los demás.
Indicaba que he realizado unas decenas de columnas de y sobre la Mancha, en distintos aspectos, distintas localidades, distintas entidades, distintos museos, distintos análisis. Y, llevo muchos meses, decenas de meses, pensando y repensando, si debería empezar-comenzar-principiar una serie de flores en un arbusto, conformando/formando columnas periodísticas sobre este trozo de mundo, que ahora denominamos la Mancha, Castilla la Mancha, dentro de una realidad que se siente, Castilla, que a su vez, como las famosas muñecas rusas, están dentro de una gran botella, ahora denominada España, desde hace siglos con ese nombre, y, dentro de una realidad a florecer, Europa, y, ésta dentro de un sentir, que llamamos Tierra.
Debo indicar, nadie se rasgue y rompa los zapatos de los conceptos e ideas, que para muchos, modestos habitadores de estos lugares del Quijote y del Sancho, Madrid, es en/la Mancha, Madrid, es Castilla la Nueva, la Meseta Nueva, por lo cual, la Mancha, estaría soñada y sentida, por seis actuales provincias. Por lo cual, la Corte y Villa, supongo, no sé, después, como caminarán los pasos de estos textos, la consideraremos Mancha, Mancha como sueño y como anhelo y como ser y como estar. Es un trozo que por razones del momento histórico se ha desgajado, pero Madrid, es un poblachón manchego de/en Azorín, una aldea de La Meseta Sur o la Meseta Sur de Castilla o de Castilla La Nueva, una aldea que se convirtió en aldeón, en capital de las Españas, y, que sigue siendo Mancha…
Llevas dando vueltas a una idea, meses, docenas de meses, y, la idea, es realizar una serie de columnas sobre la Mancha. Porque ya has construido unas decenas, pero como indicábamos, desgajadas, con distintos títulos. No es o sería, un estudio geográfico o cultural o biográfico o de memoria o histórico o social o económico o político o vivencial o… sino, que sería todo junto, sin ser todo junto. Sería, impresiones y extracciones de ese doble movimientos de espejos, desde el interior al exterior. Sería, columnismo literario de opinión, serían modestos artículos personales –tantos nombres otorgan a este género, mitad información, mitad literatura, mitad filosofía, mitad…-.
Pero han existido dos acontecimientos, cercanos a mi percepción, que pienso ya ha tumbado las dudas, y, creo han empezado a mostrarme la necesidad, de narrar y endonarrar y renarrar y metanarrar, algo de nosotros de/en nosotros mismos, de nosotros en/de los otros, de los otros en nosotros.
Uno, en una tienda-comercio-estancia de manicura, alguien cercano, muy cercano a mí, estaba esperando, y arribó por la puerta una señorita, parece ser que venía de la costa, pero que sus huesos y músculos habían terminado en una capital de provincia de esta Castilla la Nueva-Mancha, y, empezó a indicar, que en este o aquel lugar, capital de provincia, no había nada. Todas las personas, la mayoría de mujeres, se callaron y se silenciaron. Supongo, que todas pensaron responder, pero todas, respetaron la libertad de opinión. Y, reitero esa frases o enunciado o concepto varias veces, no con tono agradable…
Habría, que preguntarle, qué azar y destino de la vida, le había llevado a habitar esta capital de provincia de la Mancha, que tan poco estimaba y apreciaba y quería, que tantos granos de inquina y rencor y frustración le producía. Quizás, el trabajo, quizás el amor, quizás ahora no tenía trabajo, ni amor. Pero, el refrán viejo castellano: “no muerdas la mano que te da de comer”. Comer cocido, comer afectos…
Segundo, en un programa de televisión hace unos días. Esos que personas y personajes van buscando el amor y amar y ser amado y estar en el amor. Que vienen supuestamente de muchos lugares y, algunos desamores. Mis conocimientos no me enseñan y muestran y demuestran, que parte es realidad-verdad, qué parte es teatro, qué es realidad y qué es ficción. Una pareja, uno/a indicó que era de una capital de provincia de este rectángulo que forma y conforma la Mancha. Y, el otro/a empezó a indicar varias ideas y conceptos y frases, con demasiada oratoria gestual y palabrerío, como algo así. “¿Si ese lugar/ciudad/pueblo/realidad existía, qué dónde estaba, qué y qué…?”.
Diríamos, resumiendo porque un cóctel de palabras como es una columna periodística, literaria y de opinión, es limitada en espacio y tiempo. Sintetizando, todos estos años, que he ido convirtiendo en palabras e imágenes, distintos aspectos de este lagar y viñar que somos y en el que somos. Que sentimos en mayor grado o menor. Que denominamos Mancha y La Mancha y Castilla La Nueva y… este lago enorme de tierra y retierra y seca y reseca, nos merecemos, también ser queridos y estimados por los demás y por nosotros mismos. Y, estas dos anécdotas que cuento, que son verdad, no son invenciones de ficción literaria.
Me ha llevado, ya por fin, decidido como espada de Damocles, que modestamente, debería, lo que he ido pensando y sintiendo y meditando, durante algunos años, que empezaría, con un mismo título, realizar un pequeño escuadrón/regimiento/compañía/batallón de artículos de opinión literarios sobre la Mancha. No sé, si saldrán solo tres o diez o treinta. Pero que era una cosa que debía hacer, que nos debemos a nosotros mismos… ¡Aquí comenzamos, al final, solo cambia el título, pero es continuar, las decenas que ya se han realizado, sobre distintas temáticas de este terruño…!
– Toca la campana, aquí una visión de la interioridad/exterioridad de la Mancha… ¡Quizás, tantos que pasan por estos soles, algunos mees y años, aquí, podrían ellos/ellas darnos su visión y percepción, y, quizás, nosotros, habitadores o hacedores/nacedores en estos suelos, nos merecemos querernos más, estimarnos más, salir de la siesta de siglos en la que estamos…!