Eduardo Muñoz Martínez.- Como cada 7 de octubre, desde hace varios años, se celebró este viernes la Jornada Mundial por el trabajo decente. Además de la concentración matinal, convocada por los sindicatos mayoritarios en Ciudad Real, a partir de las seis de la tarde, y a instancias de las organizaciones que conforman la Iglesia por el trabajo decente (Cáritas, Confederación Española de Religiosos, Hermandad Obrera de Acción Católica, Juventud Obrera Cristiana, Justicia y Paz y Juventud Estudiantil Católica) tuvo lugar en la Plaza de la Constitución un «acto institucional», al que se unieron otras ONGD, como por ejemplo Manos Unidas. Entre los aproximadamente sesenta asistentes, se encontraban la alcaldesa de la capital, Eva María Masías, y la concejal Mariana Boadella.
Tras la lectura del manifiesto, proclamado en todo el mundo, del que entresacamos los siguientes puntos: «Hay millones de personas trabajadoras que siguen sin poder acceder a un trabajo decente»; «En este sentido, apoyamos la propuesta del Papa Francisco de estudiar la reducción de la jornada laboral»; «Garantizar el acceso a un trabajo decente de medio millón de trabajadores y trabajadoras migrantes en situación administrativa irregular»; «Es un escándalo que dos personas trabajadoras mueran todos los días en nuestro país como resultado de no garantizar la seguridad y la salud en el trabajo», se hicieron cinco itinerarios por las calles y plazas adyacentes, portando los y las integrantes dorsales con el número 071022, en alusión a la fecha de la Jornada.
Transcurrieron por las calles siguientes: Toledo, Estrella, Ángel, Jacinto, Calatrava, Elisa Cendrero, Paloma, Cruz, María Cristina, Caballeros, Plaza del Carmen, Rosa, Plaza Mayor, Prado, Pasaje Pérez Molina, Pasaje de la Merced y Estación Viacrucis, concluyendo todos en el punto de partida.
Acto seguido, y como clausura de la programación, se celebró una Eucaristía en la Parroquia de Santa María del Prado, La Merced, presidida por el obispo de la diócesis, Gerardo Melgar Viciosa, concelebrada por Adriano Delgado Perea y Julián Plaza Pérez de Madrid, consiliario diocesano de HOAC, en la que el acompañamiento musical corrió a cargo de Ángel Ruiz-Moyano, y Ángel Aguas.
Una vez concluida la Liturgia de la Palabra, con textos de la Carta de San Pablo a los Gálatas y del Evangelio de San Lucas, el Prelado pronunció una homilía de la que podemos entresacar las siguientes ideas: Tenemos que pedir al Señor que mueva los corazones a favor de la búsqueda de un trabajo decente que favorezca el desarrollo social y económico de las familias, para lograr la dignidad de la persona, en lugar de la exclavitud, sin abusar de que muchos hermanos y hermanas nuestros y nuestras estén afectados y afectadas por el desempleo.
El mundo del trabajo, continuaba Melgar Viciosa, necesita la alegría del Evangelio. Nuestro compromiso, como cristianos, debe ser encontrar trabajo digno y decente para todas las personas. Entonces , nuestro apoyo y nuestra lucha merecerán la pena. Concluyó su alocución invitando a las autoridades, a los gobiernos…, a qué se sientan marcados, en su forma de trabajar, de hacer política…, por esta realidad.