La Diputación de Ciudad Real ha querido en esta edición de Fercatur rendir un sentido homenaje tras el primer aniversario de su muerte a Patxi Andión, quien además de ser poeta, compositor, productor, guionista, actor de cine y teatro, escritor, pedagogo, doctor en sociología, profesor y decano de la Facultad de Comunicación en Madrid y Director del Departamento de Arte en Bellas Artes de Cuenca, y de ser cantautor reconocido internacionalmente era muchas otras cosas, y sobre todo, un cazador integral e irreductible, como fue en otras facetas de su vida.
El presidente de la institución provincial anunciaba la creación de un premio con su nombre, dedicado a reconocer los méritos de personas y entidades en el ámbito cinegético, “un reconocimiento a las gentes, a los hombres y mujeres, y en definitiva a quienes practican la caza en los términos que Patxi la reconocía y la practicaba”.
Caballero reconocía que este humilde premio en ningún caso podrá compensar todo lo que patxi aportó a este sector, y su entrega y compromiso con la vida.
Un sentido homenaje en el que han estado presente la mujer y los hijos de Patxi Andión junto a destacas figuras como el director del Irec, Rafael Mateo, el presidente de Asaja, Pedro Barato, la presidenta de Atica, Ángela Ormeño, el vicepresidente del Real Club de Monteros, Laureano de las Cuevas, el presidente de la Real Federación de Caza, Manuel Gallardo, el presidente de la Asociación Española de Rehalas, Alfonso Aguado, el presidente de la Oficina Nacional de Caza y de la Asociación de Rehalas de Castilla-León, Felipe Vegue, el antiguo director de la Escuela Española de Caza, José Luis Garrido, el ingeniero de telecomunicación y presidente de Renerix Solar, José María Terriza, y el rector honorario de la Universidad de Castilla-La Mancha, Luis Arroyo.
Patxi Andión, comprometido con la vida. Nacido en Madrid, en 1947, Patxi Joseba Andión González había tenido una estrecha relación con el País Vasco. Su padre era navarro y su madre alavesa y se crio hasta los cinco años en la localidad guipuzcoana de Azpeitia. De esta familia, republicana y represaliada por el franquismo —su padre fue encarcelado—, heredó el gusto por la música, su madre tenía buena voz y su abuela hizo pinitos como soprano. Él, con solo cinco años, debutó con una canción durante una emisión radiofónica de una obra teatral. Ya en la adolescencia formó parte de grupos como de rock como Los Camperos y Los Dingos, con los que tocaba clásicos.
De inmediato pasó a componer canción de autor y a interpretar con esa voz ronca que le caracterizaba. Siempre comprometido, en 1969 lanzó Retratos, que volvió a sufrir los problemas de la censura política y la económica, lo que no le impidió continuar su carrera, en la que destaca Cancionero prohibido (1978). Cinco años antes había logrado su mayor éxito popular, la canción Una, dos y tres, sobre el Rastro madrileño. En paralelo, inició su carrera como actor de cine, como en El libro del buen amor, para cuya banda sonora adaptó poemas del Arcipreste de Hita. Se sucedieron los elepés (Viaje de ida, Arquitectura, Amor primero…) y las películas.
Su labor dentro de la música la compaginó con la docencia, su otra gran pasión. El cantaoutor era además profesor emérito de Comunicación Audiovisual en la Facultad de Bellas Artes de Cuenca.
Mira tú por dónde, el que suscribe, que se declara seguidor de su obra como cantautor, no tenía pajolera idea de su afición por la caza. Sí sabía de su trayectoria docente después de dejar la cuestión musical.
Aparte de la canción “Una, dos y tres” entre otras muchas, me gustaría resaltar “Rogelio” y “Doña Anita”.
En cualquier caso, me alegra que la Diputación Provincial de Ciudad Real le haga este homenaje, ya no solo por su afición a la caza, sino por el compromiso social que tuvo durante su vida. No olvidemos que venía de una familia republicana represaliada por el franquismo.
Ayer se presentó en el Quijano una orquestas sinfónica de Castilla la Mancha la única hasta ahora con un éxito apabullante. Ni la más mínima información sobre el tema en ningún medio excepto la tribuna. Es el indicativo de la cultura que recorre el cerebro del presidente de la Diputación s y nuestro presidente regional. Eso sí plagada de cartuchos y rancias tradiciones.
Al más puro estilo franquista se pavoneans entre sus acólitos y presuntos votantes, el esfuerzo hecho hace tantos años nos da estos resultados con mohinos culturetas en todo lo alto y naturalmente los medios a la zaga no dicen nada no vaya a ser que se entere el personal de que hay gente que sí quiere una cultura de más altura y nivel del que planea sobre nuestra cabezas. Una orquesta sinfónica vale mucho dineros pero es infinitamente más barata que matar ciervos y venados durante meses. Castilla la Mancha es la única q no la tiene de todo el país. Queremos que nuestros hijos aprendan música en los conservatorios esta orquesta que se presentó ayer es el fruto, su fruto no el de Page ni Caballero ellos no han contribuido en nada ellos a los tiros y a los toros y así nos va.