Quien haya tenido la dura experiencia de meter la mano en un avispero se habrá dado cuenta cómo las avispas salen en turbión dispuestas a “morir matando”.
Hasta un ciego ve cómo los socialistas van perdiendo terreno. Ellos mismos se dan cuenta de su problema y, como se temen lo peor, están demostrando que son capaces de todo.
Lo peor para ellos no es que el país esté al borde del precipicio, sino sentir que son ellos los que están a punto de despeñarse, que para ellos es lo mismo que la pérdida del gobierno y todo lo que lleva consigo.
Ante los síntomas alarmantes de la inminente pérdida de las próximas elecciones, los socialistas han tocado a rebato y, tan ciegamente como las avispas, por puro instinto de conservación, se han movilizado frenéticamente, han puesto al límite de revoluciones la maquinaria, y se están dedicando, de manera desenfrenada, a atacar al Partido Popular, como si con ello pudieran evitar la catástrofe que se les viene encima.
Hay en sus filas personajes especialistas en clavar el aguijón mediante el insulto sistemático y la descalificación por principio, buscando intoxicar a la opinión pública y tratando inútilmente de demostrar que los males de la región provienen del Partido Popular.
Como avispas estos personajes vuelan de un lado para otro para inyectar su veneno y lo hacen con tal desasosiego que olvidan que es misión de los partidos de la oposición salir al paso de las tropelías y desgobiernos del partido en el poder.
Su consigna es atacar y, como no tienen razones, se dedican a acusarnos de “faltones” (expresión muy al gusto de Barreda y de sus voceros) cuando, en realidad, lo único que hacemos es poner el dedo en la llaga de las cosas que están ocurriendo en la región y que, con su desgobierno, ellos provocan.
Un ejemplo de entre los mil que podría poner. Es bien conocido que la negociación de la nueva OCM de la vid y del vino está siendo funesta para la región. Tanto que está llevando a la ruina a todo el sector. Como son maestros del sofisma, sin inmutarse lo más mínimo son capaces de negar la evidencia y, siguiendo su consigna, a los que denunciamos la situación nos llaman faltones, derrotistas, mentirosos y demagogos, aunque, lo quieran o no, todo el mundo sabe lo que está ocurriendo, porque, los que la están padeciendo tan nefasta negociación, lo denuncian a diario.
Desgraciadamente para ellos, para los del PSOE me refiero, en el PP tenemos la misma pertinacia que ellos en seguir en sus trece, y aunque nos irrita que, igual que hicieron con la crisis económica, no reconozcan la situación actual de nuestra vitivinicultura, lo que de verdad nos angustia es que, si siguen por el mismo camino, lo que nos espera será mucho peor, porque en Castilla-La Mancha el gobierno regional está permitiendo, e inexplicablemente potenciando, que se arranquen las viñas. Este año en nuestra región se han levantado más de treinta mil hectáreas de viñedo y, si la cosa sigue así, ya veremos las que se arrancarán el año que viene.
Sólo la pérdida del gobierno les hará abrir los ojos, lo grave del asunto es que, para entonces, el daño ya estará definitivamente hecho. Arrancar un viñedo es fácil, reponerlo y llevarlo a que produzca es harina de otro postal.
Aunque los socialistas se irriten y reaccionen como suelen hacerlo, seguiremos, como hemos hecho con la OCM de la vid y el vino, denunciando todo lo denunciable. Es nuestro servicio a la sociedad, así como el suyo es, mientras gobiernen, solucionar los problemas y no dedicar sus esfuerzos a mantenerse en el gobierno a costa de lo que sea.
Los socialistas deberían darse cuenta de que en democracia morir matando como hacen las avispas no es buena norma.