En el último día de clase para los escolares, el sindicato independiente ANPE ha realizado balance de un curso escolar que ha requerido de un “gran esfuerzo” por parte de todos – docentes, alumnos y familias-. Un curso marcado por la crisis sanitaria, trabas por el “exceso” de burocracia, las modificaciones legislativas derivadas de la nueva ley educativa y, como remate, una ola de calor.
La presidenta de ANPE Ciudad Real, Mónica Sánchez de la Niete, advertía de que no se puede continuar así: “todos sabemos que en Ciudad Real hace calor en junio y en septiembre”. Los centros educativos, denuncia, no están equipados y no cumplen la legislación de riesgos laborales para la actividad que se desarrolla en ellos. La ley establece una temperatura de entre 17 y 27 grados centígrados en las aulas, “y nuestros alumnos han estado a más de esas temperaturas durante este mes de junio”. Y no solo ha sido el calor, porque con la aireación debido a la pandemia, muchas aulas han estado por debajo de 17 grados en invierno. Esto, reconocía, es algo excepcional, “pero el calor no, llega todos los años”.
Por ello, desde ANPE se exige que se diseñe un protocolo de inclemencias meteorológicas que recoja las actuaciones que se deben desarrollar en los centros educativos en situaciones adversas en este ámbito. Además, necesitan de recursos materiales, “porque en algunos casos los docentes han tenido que llevar ventiladores, espráis de agua, reinventarse en la clase de educación física, etc.”
Sánchez de la Nieta comentaba que, ahora que se han retirado las restricciones por COVID después de dos años, “es el momento de agradecer el esfuerzo y la responsabilidad de los docentes, que han puesto todo de su parte”. “Es una profesión vocacional y no se podía esperar menos de ellos”, recalcaba.
En cuanto a las reivindicaciones tras este final de curso, el sindicato reclama un acuerdo global con la administración que contemple la disminución de la ratio de alumnos por aula. Cuanto menor es el número de alumnos, el seguimiento de los mismos es más individualizado por parte del docente, defendía su presidenta. En consonancia con esto, pedía la reducción del horario lectivo para que se puedan realizar más actividades complementarias que motiven a los alumnos y cubran sus necesidades, además de favorecer la formación del profesorado. Entre las tres demandas más urgentes, ANPE incluye la retribución a los interinos del período de vacaciones de verano, “como se hace en el resto de comunidades autónomas”, ya que no solo les afecta a nivel económico, sino también en la experiencia profesional a la hora de acceder a plazas a través de una oposición.
Por otro lado, ANPE denuncia que las plazas a tiempo parcial, al no ser compatibles con otras actividades, no permiten a los docentes completar su horario de trabajo ni su sueldo. También se ha referido a la compensación a mayores de 55 años, que se puede pedir pero no está retribuida, “un ejemplo de recortes de 2012 que se han consolidado”. En esta línea, exige la recuperación de los apoyos en Educación Infantil. Por último, abogaba por la continuidad de los refuerzos establecidos para paliar los efectos de la pandemia de COVID-19.
Asimismo, ha resaltado el “único logro” obtenido en este curso académico y es la firma del acuerdo entre sindicatos y administración para mejorar las condiciones laborales de los docentes itinerantes.
Nueva ley
Dentro de dos meses, el curso arrancará con una nueva ley educativa a nivel de enseñanzas mínimas y de currículo en nuestras aulas. A 21 de junio, los decretos de Infantil, Primaria, Secundaria y Bachillerato no están publicados, apuntaba Sánchez de la Nieta, que ha instado a la administración a actuar con mayor celeridad, “porque esto obligará a los docentes a programar en verano, durante sus vacaciones, o marchas forzadas en el mes de septiembre”. Los cursos impares tendrán contenidos de la LOMLOE y los cursos pares aguantarán hasta el curso siguiente con la anterior (LOMCE), lo que genera, a su juicio, nerviosismo y confusión en las familias.
“Mientras que la educación sea el arma política, todo el esfuerzo que realizan los docentes cae en saco roto. Desde ANPE siempre se ha exigido un pacto nacional para la educación. Gobierne quien gobierne, entre todos podemos crear una buena ley educativa”, enfatizaba la presidenta del sindicato.
Estabilización del empleo
Finalmente, en cuanto a la ley de estabilización del empleo público, lamentaba que los docentes se les hayan creado “falsas expectativas” en estos meses. Se les ha “vendido” que podrían obtener plazas por los méritos adquiridos y eso no es así, salvo para un número pequeño de plazas que corresponden a aquellas que no se han sacado a oposición desde el 1 de enero de 2016. Principalmente, explicaba, de enseñanzas de régimen especial, como escuelas de idiomas, conservatorios y algunas especialidades de formación profesional. Enseñanzas medias tendrá un proceso de estabilización en 2023 con pruebas no eliminatorias y para maestros solo existirá reposición para 2024 con pruebas eliminatorias, concluía.
Sánchez de la Nieta ha estado acompañada en la rueda de prensa por Juan Carlos Salcedo, vicepresidente de ANPE Ciudad Real, e Irina Alonso, secretaria de comunicación.
El protocolo de calor en junio y septiembre tiene una solución fácil. Aire acondicionado. Con fondos europeos se financia, se da trabajo empresas que lo instalan, pero hay un gran pero. ¿Qué sentido tendría recortar las clases una hora en junio y septiembre? Si ya se cumplen las condiciones, ¿abrirían los centros en julio para otro tipo de actividades? Ya se podría y puesto que el mes de julio es un mes que no es de vacaciones vaya si nos hacen ir a los docentes… Al final poner aire saldría hasta barato, los suelos ya se pagan aunque el docente esté en casa, se ahorran sueldos de escuelas de verano (¿ahí no pasan calor?), daría mucho más tiempo a preparar el curso siguiente, todo son ventajas, ¿verdad?