Vísperas Europeas: Primera vuelta

EuroA cuarenta y ocho horas de las elecciones para reformar el Parlamento europeo, al elector de la provincia española le ha quedado clara una cosa: que esto es una primera vuelta de las generales y no una renovación de mayorías en la brumosa Estrasburgo. Estrasburgo es un dédalo de señorías que recuerda a esas gigantescas asambleas intergalácticas de las películas en cuyos pasillos se cruzan seres alucinantes con atavío medieval. Pero vaya usted señor candidato a explicarle a un señor de Peralbillo, la interinidad del Pacto de Lisboa hijo putativo de la nonata Constitución, la elección de un presidente del Consejo por dos y medio y medio, el sistema de voto de doble mayoría, los criterios de los repartos de fondos o la influencia de los nuevos socios.

Europa es un ámbito político de tal magnitud que el mundo global no se puede concebir sin su concierto y Europa, más de una vez, nos ha sacado las vergüenzas por incumplidores de directivas, y a la misma eurocámara se han llevado cuestiones nacionales en un intento de trasladar a Estrasburgo el añejo guerracivilismo de la Iberia eterna. Pero de esto tampoco hablan sus futuras euroseñorías que han raptado a Europa de sus mítines acusicas. A Europa la conocemos más por el euro, bendita homologación, que le pagó una patada en el mismo culo al precio del café con leche sin que se enterara el IPC. Por eso, un ingenuo Zapatero resbaló con precio desajustado a la maliciosa pregunta de Juan Español. Sin embargo, el euro hace más Europa que cualquier perorata de charlatán tras el atril de metacrilato con asas de cazerolo. Usted se va a Munich y el monedo de aquí le vale allí y si Europa lanza una directiva que prohíba fumar en los parques aquí no fuma en los parques más que los empedernidos. Europa es eso. Y el domingo renovamos el Parlamento para que la multiplicad de partidos se aglutinen en familias-grupo y se pongan a discutir lo que nos conviene o no: desde la inmigración hasta la regulación de Internet. Pero el PSOE lee el asunto como un voto de confianza a ZP como prueba del algodón de que los electores le prefieren a Rajoy pese a la crisis, Rajoy quiere ganar las primarias para ganar la segunda vuelta doméstica (Mayor Oreja lo ha dicho sin tapujos evocando el cambio de ciclo del 94), IU los afronta con el apósito de la circunscripción única para mantener el tipo europeo con más hechura que el de casa  y la UpyD con el propósito de ir sumando influencia camino de su verdadero objetivo bisagra: convertirse en el tercer partido español. ¿Y los nacionalistas? Estos van en pandilla para incordiar con estilo propio.

En fin, que toca votar para ir botando a quien corresponda. ¿Sabrán en Europa que en España existen restos feudales en un sitio que se llama la Cotofía donde vive una familia como si no estuviera en Europa? Una directiva contra el corte de caminos públicos. Porque eso también es la Unión.        

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