Uno de los momentos más bellos y emocionantes de la Semana Santa de Puertollano acaece en la noche del Sábado Santo, con la entrada de Nuestra Señora de la Soledad en su ermita. Este año los sentimientos han estallado con más intensidad si cabe, ya que desde el año 2018 los hermanos no han podido realizar la salida. Al filo de las 21.00 horas llegaba la comitiva con la Virgen portada a hombros sobriamente, al estilo castellano. Es una de las maniobras más complicadas de la Semana de Pasión puertollanera. El momento culminante es el paso de los arcos del templo. Tras la operación, los hermanos se quitan el capillo y rompen en lágrimas de emoción.
Puertollano: Estallido de emoción y lágrimas en la Soledad tras cuatro años de espera
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Justo es reconocer a Santos Monroy la buena cobertura hecha de la Semana Santa de Puertollano. Al contrario que en Ciudad Real, donde los últimos días parece que no ha habido procesiones. Por cierto, la iglesia de la Soledad es un rincón precioso de Puertollano.
¡Es Semana Santa, de sentimiento, emoción y sensaciones!……
Una cobertura excepcional, se inventa unas poesías que da gusto leerlas.
La Semana Santa en Puertollano ha desaparecido en una década. Muy pocos nazarenos, nula inversión en acompañamiento musical, pasos con escasa calidad artística y reducidos ante la escasez de portadores o costaleros…
Resumen: Cutre!
La izquierda con todo su odio:
A la Semana Santa, la han hecho más devota
A los Toros, los han hecho revivir
A la Monarquía, la han hecho más querida
Al Ejército, lo han hecho más admirado
A la caza, la han hecho más popular
A España, la han hecho más amada
Sigan así gracias.
Pedro Sánchez no ha felicitado la Pascua de Resurrección a los católicos españoles. Ni lo hará.
Por lo demás es muy mirado, felicita a todos, hasta a ETA le da su pésame cuando se le muere algún asesino.
Esa gente que defiende el velo porque es una tradición cultural y luego pone a parir a la Semana Santa…
Semana Santa de hipócritas.
Pregunta: ¿A quién salvamos….a Jesús o a Barrabás?
Respuesta de los católicos hipócritas en siglo XXI: Aaa la hosteleeeeeeríaaaaaa.
jajajajajajajajajajajajajajajajajajajajaja,
Qué bueno.