El teléfono gratuito contra el Abuso y Maltrato a las Personas mayores gestionado por la Confederación Estatal de Mayores Activos (Confemac) ha atendido cerca de 1.000 casos de abusos a mayores en toda España desde que se puso en marcha en septiembre de 2019, el 1,8 por ciento de ellos en Castilla-La Mancha.
La línea 900656566 fue puesta en marcha en colaboración con el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, en el marco de los programas del 0,7% del IRPF, destinado a actividades de interés social.
En 2019, desde que se puso en funcionamiento en septiembre, atendió 52 casos; en 2020, coincidiendo con el primer año de la pandemia de la COVID-19 atendió 324 casos; y en 2021, 491 casos, según informa en un comunicado recogido por Europa Press.
A finales de 2021, han atendido 867 casos, con 960 víctimas, de las cuales el 61% son mujeres y el 34% hombres. En el 5% restante se desconoce el sexo.
En cuanto a los tipos de maltrato detectados y teniendo en cuenta que en algunos casos coexisten varios tipos, el 37% son de carácter psicológico, el 18% son físicos, el 16% económico, el 17% de abandono o negligencia y el 12% contra la libertad y los derechos básicos de las personas. Hasta la fecha no se han detectado en el teléfono casos de maltrato de tipo sexual.
El 77% de las llamadas recibidas se corresponden con casos acontecidos en el ámbito familiar y el 23%, en instituciones. Las llamadas recibidas han sido realizadas por hijos e hijas en un 37% de los casos, por otros familiares (22%), por vecinos o personas no relacionadas directamente con las personas mayores (17%), por las propias víctimas (17%) o por profesionales (7%).
Por comunidades autónomas, la Comunidad de Madrid es la que cuenta con más casos atendidos que representan el 23%, seguida de Andalucía (22,5%), Cataluña (12%), Comunidad Valenciana (7,4%), Castilla y León (6%), Galicia (4,5%), Islas Canarias (4,3%), Murcia (3,2%), La Rioja (3,1%), País Vasco (3%), Aragón (1,9%), Castilla-La Mancha (1,8%), Asturias (1,7%), Islas Baleares (1,6%), Extremadura (1,5%), Cantabria (1,2%), Navarra (1%) y Ceuta (0,3%).
Según Confemac, el contenido de las llamadas durante estos dos años, «denota la necesidad de mayor sensibilización social en este tema en el que se confirma que el maltrato en la vejez es una realidad oculta y ocultada».
«Es oculta porque pasa desapercibida en el sentido de que hay muchas conductas de maltrato que son consideradas normales; y es ocultada porque existe una resistencia importante a denunciar o ni siquiera a informar, sobre todo en el ámbito familiar, porque se considera que este es un asunto ‘privado'», subraya la confederación.
USURPAN SU CAPACIDAD DE DECISIÓN
Precisamente, de todos los casos atendidos en el teléfono, el primer denominador común es considerar como normal esas conductas que son maltrato, y el segundo constata que las personas que están en torno a las personas mayores que han generado dependencia «usurpan» su capacidad de decisión «con mucha frecuencia».
Según Confemac, aunque la persona mayor necesite apoyo, atenciones y cuidados, en muchos casos conserva perfectamente sus facultades mentales y cognitivas, pero quienes están a su alrededor no le preguntan, sino que deciden por ella y a veces no con mala voluntad sino por sobreprotección.
En estas situaciones, la confederación señala que lo correcto sería ayudar en lo que la persona necesita pero que, si sus capacidades cognitivas lo permiten, sea ella la que marque la pauta de sus necesidades.
«Hay actitudes y conductas que hacemos con las personas mayores que no se nos ocurre hacerlas con personas que tienen 40 ó 50 años, como por ejemplo, llevarla en contra de su voluntad o engañada a una residencia, retenerla allí en contra de su voluntad o muy frecuentemente gobernarle sus cuentas cuando ellas pueden hacerlo perfectamente, porque lo único que necesita es ayuda para hacer ciertas gestiones en el banco», advierte la confederación.
Confemac también avisa de que el conflicto entre hermanos y hermanas se convierte en uno de los aspectos «más preocupantes» que conducen al maltrato de sus padres.
Según las llamadas recibidas en el teléfono contra el maltrato a mayores, en uno de cada cuatro casos, el 25%, hay conflicto entre hermanos y hermanas, y en algunos utilizan a los padres como «arma arrojadiza» al prohibirle que se relacionen con los otros, quitarle el teléfono o bloquear las llamadas, cambiarle la cerradura, no permitir que vayan los otros hermanos a verles, etcétera.
También han detectado situaciones de profesionales que tampoco tienen en cuenta la opinión de la persona mayor, por ejemplo, a la hora de gestionar el ingreso a una residencia, sino que lo gestionan con la familia y solo le dicen a la persona dónde tiene que firmar pero no participa en el proceso. La entidad advierte de que esto es «una violación de derechos».
Tras el análisis de las llamadas y casos atendidos en el teléfono, la confederación pide a los hijos y profesionales que respeten la libertad de los mayores; a los propios mayores, les invita a empoderarse para no perder el control de su vida mientras puedan; y reclama mejoras en el sistema judicial y la coordinación entre instituciones para respetar estos derechos.