La lluvia que cayó este viernes a mediodía sobre Manzanares no impidió que decenas de personas acudieran a la llamada del Ayuntamiento para condenar la invasión de Ucrania y expresar su solidaridad con el pueblo ucraniano. Dos familias de esta nacionalidad participaron en la concentración junto a los representantes municipales.
Con paraguas o resguardados bajo los soportales de la plaza de la Constitución, y en algunos casos con carteles de ‘No a la guerra’ con los colores azul y amarillo de la bandera de Ucrania, los participantes en la concentración silenciosa expresaron su rechazo a los ataques que Rusia está realizando contra el pueblo ucraniano, al que mostraron su solidaridad con cinco minutos de silencio y un prolongado aplauso final.
Acompañado por representantes de todos los grupos políticos municipales y por dos familias ucranianas que residen en Manzanares, el alcalde dirigió antes unas palabras con las que, en nombre de esta ciudad, condenó la agresión de Rusia sobre Ucrania. “Lo hacemos condenando rotunda y enérgicamente los ataques que sufren los ciudadanos ucranianos y que llevan al país a la desolación; y apoyamos firmemente a la población de Ucrania, a la que trasladamos, en nombre de todos los manzanareños y manzanareñas, nuestra solidaridad, nuestro afecto y nuestro cariño”, manifestó Julián Nieva.
En la ciudad viven actualmente seis personas de Ucrania. “Si llegan más, serán bien recibidos”, expresó Nieva con el deseo de que esta situación dure el menor tiempo posible. Destacó la unidad internacional “contra la barbarie de un dictador que pasará a la historia como un criminal y un genocida”, indicó en alusión al presidente ruso, Vladimir Putin; y anunció que la Junta de Gobierno Local aprobará este lunes una partida inicial de 3.000 euros de ayuda a Ucrania, canalizada a través de importantes organizaciones no gubernamentales (ONG).
En la concentración, con una bandera de su país, participaron dos familias de ucranianos residentes en Manzanares. Alex, que vive aquí desde hace 20 años, es de Jersón, una de las grandes ciudades próximas a Crimea, ocupada por las tropas rusas tras violentos ataques. “Toda la familia está allí, estoy en contacto con ellos, les animo y están esperando que los liberen y los rusos se vayan a su casa”, declaró con lágrimas en los ojos al contar que los invasores están disparando a civiles y médicos. “No tengo palabras para contarlo”, dijo.
Su pareja, Violeta, también es de Jersón y lleva 8 años en Manzanares. En su caso, hace días que no tiene contacto con su familia. “Llevan dos semanas muy mal, sin luz, sin gas y en los bajos de la casa. Todo esto es muy difícil y yo no puedo hacer nada”, decía con resignación y emoción.
En esta lucha desigual de civiles contra militares, Alex resaltaba cómo el pueblo ucraniano está aguantando, intentando defender sus casas, su ciudad y su país. No luchan por un gobierno, luchan por la libertad. “Los gobiernos cambian, pero lo que no pueda cambiar es la libertad ni la gente que vive allí”, afirmó antes de agradecer el apoyo del pueblo español y de Manzanares.