«Tomen un libro en sus manos y únanse a la fiesta mundial de la lectura»

El 23 de abril se conmemora en más de 100 países el Día Mundial del Libro, cuya iniciativa internacional partió de España, que viene celebrando actos de homenaje a Miguel de Cervantes de manera continua desde 1926. 
Se trata de una fiesta de exaltación de la lectura que, paradójicamente, conmemora el fallecimiento del autor del Quijote, coincidente con el de William Shakespeare y Garcilaso Inca de la Vega, a quienes unió el genio y la inmortalidad un día como hoy de 1616.

Para los lectores de todo el mundo, es un buen momento para salir a la calle y entregarse al placer de hojear, y tal vez adquirir, nuevos libros, o bien de acercarse hasta una biblioteca y poder disfrutar de las actividades que hoy se celebran o, sencillamente, retirar una novela o un libro de poesía.

Para las instituciones culturales el 23 de abril nos permite hacer balance de lo logrado, y reflexionar sobre lo que nos queda. En Castilla-La Mancha vivimos cada Día Mundial del Libro con el orgullo de ser la patria de la novela más universal de cuantas en el mundo han sido, pero también de disfrutar de la obra de autores y autoras contemporáneos que dan lustre a nuestras letras y contribuyen a escribir la historia de la literatura desde nuestras ciudades y pueblos.

Castilla-La Mancha cuenta con 542 bibliotecas, de las que ocho viajan a bordo de otros tantos autobuses por toda la región, lo que permite dar servicio al 99% de la ciudadanía. Se trata de un milagro que hemos hecho entre todos, y que puede disfrutar cada uno de nosotros. No en vano, más de 750.000 castellano-manchegos son socios de nuestras bibliotecas, que albergan más de cinco millones de documentos. Somos la comunidad autónoma que más libros adquiere por habitante para sus bibliotecas públicas, y la que mayor cantidad de dinero invierte por ciudadano. Y para ofrecer un buen servicio a nuestros usuarios, contamos con más de 1.000 trabajadores, siendo también la primera región en porcentaje de bibliotecarios por habitante y la segunda en porcentaje de préstamos por persona.

El escritor californiano John Steinbeck, que reflejó con maestría la crisis de entreguerras en Norteamérica, aseguraba que en el grosor del polvo de una biblioteca pública puede medirse la cultura de un pueblo. Si tal cosa fuese cierta, podría acompañarnos satisfecho por nuestras salas de lectura, y seguramente coincidiría con los expertos españoles que afirman que Castilla-La Mancha ha hecho con su servicio de bibliotecas en 10 años lo que a países como Finlandia les ha costado 44.

Disfrutamos de un presente del que debemos sentirnos orgullosos, y aspiramos a ofrecerles más y mejores servicios a quienes vienen detrás. Contamos con el programa de bibliotecas de doble uso, en colaboración con la Consejería de Educación y los ayuntamientos; hemos ampliado el parque de bibliobuses de la mano de las diputaciones provinciales; puesto en marcha el Catálogo Colectivo y acercamos los libros a los colectivos más desfavorecidos o que cuentan con menos facilidades para acceder a ellos. Y tenemos la vista puesta en las nuevas tecnologías y soportes, a las que Andrés Aberasturi ha dedicado el manifiesto que hoy se lee en toda Castilla-La Mancha.
Tomen un libro en sus manos y únanse a la fiesta mundial de la lectura.
Soledad Herrero Sainz-Rozas
Consejera de Cultura, Turismo y Artesanía de Castilla-La Mancha

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