El empresario ucraniano Maksym Vediankin, quien fuera director general de la desaparecida factoría de Silicio Solar de Puertollano, ha decidido quedarse en Kiev para combatir a las tropas rusas que invaden el país. Así lo ha confirmado su hija María en declaraciones a la televisión canaria BTC.
María ha relatado que ella misma sigue en un pueblo a 50 kilómetros de la frontera con Rumanía tras huir de Kiev en un viaje de 13 horas, soportando la tensión de las alertas por bombardeos. Mientras, su padre permanece en Kiev como voluntario para defender la ciudad junto al Ejército ucraniano.
La chica de, 23 años, ha relatado el siniestro viaje de huida desde Kiev por bosques oscuros y corriendo el riesgo de encontrarse de repente con un tanque militar ruso. En estos momentos se encuentra bien en la casa de campo de unos conocidos, aunque duda de la seguridad del refugio antiaéreo construido bajo la estructura del inmueble.
María espera cumplir su próximo cumpleaños en marzo, en su casa junto a su padre. «Solo deseo que esté a salvo y tengamos paz porque no nos merecemos esto», ha declarado emocionada.
Por el momento se desconoce el estado de Vediankin, director general de Silicio Solar, empresa de capital ucraniano, perteneciente al grupo Pillar, que generó casi un millar de puestos de trabajos en Puertollano hasta su quiebra y liquidación, después de que en 2012 planteara en ERE extintivo para la totalidad de la plantilla.
Según han recordado las puertollanenses Dolores Delgado y Ana Blanca, antiguas trabajadoras de Silicio Solar, Puertollano ha mantenido un estrecha vinculación con Ucrania desde que Silicio Solar desarrollara su proyecto en la ciudad industrial. Además del medio centenar de ucranianos que viven en Puertollano, otros 50 trabajadores de Silicio pasaron tres meses en Ucrania para formarse, relata.
Vediankin no es el único ucraniano vinculado a Puertollano que combate en Ucrania. También lo hace Oleksandr Khrolenko. Sus antiguas compañeras puertollanenses mantienen con ellos contacto por WhatsApp, les mandan fotos y les relatan las iniciativas solidarias que se realizan en la ciudad. «Eso les ayuda y da fuerza», comentan.
