Unos querían salir corriendo, otros eran más protestones y se sacudían el agua bendita de forma irreverente, y los había que se han dejado rociar estoicamente, pero todos han hecho historia. La parroquia de San Antonio de Padua de Puertollano, con el párroco Alfonso Morejudo al frente, ha señalado un hito costumbrista este lunes recuperando la perdida tradición de la bendición de animales en la festividad de su santo titular.
La demanda de los feligreses ha animado a la parroquia a organizar dos turnos de bendiciones, uno a las 12.00 y otro las 18.00 horas, por los que han desfilado decenas de puertollaneros son sus mascotas, en su mayoría perros.
Unos más valientes ante el hisopo, otros temerosos, los había que querían salir corriendo mientras otros protestaban, aunque también los ha habido que ni se han dado cuenta de que han sido bendecidos. Ha sido el caso de un hermoso conejo que ni ha guiñado al recibir la aspersión, o el de la pequeña tortuga, que jugaba con ventaja en su elemento acuático.
Puertollano recupera así una tradición perdida en el tiempo. De hecho, es la primera vez esta parroquia, fundada hace 50 años, bendice a los animales.