Árboles singulares de Ciudad Real (XXVI): Quercus ilex del Parque de Gasset

Esta sección sobre árboles singulares de Ciudad Real, ofrecida en colaboración con la Concejalía de Medio Ambiente con la pretensión de dar a conocer parte del patrimonio natural de la capital, recopila el catálogo elaborado por José Arrieta, jefe de sección de Parques y Jardines.

Motivo de la singularidad: Hay muy pocas encinas en nuestra ciudad, con este tamaño y por plantarse en la celebración del día de la Constitución, tiene junto a ella una bandera de España en su conmemoración.

Porte y descripción del árbol: Su copa es amplia, densa y redondeada, su desarrollo es regular en toda su altura. El árbol se encuentra ramificado desde unos 1’50 m. de altura, su tronco es cilíndrico, macizo, de color gris oscuro y forma pequeños cuadros superficiales. Las ramas principales y secundarias se encuentran bien formadas y distribuidas homogéneamente a lo largo del tronco y en todas las direcciones. Se encuentra en el Parque de Gasset (Rosaleda de la Fuente de la Primavera)

Estado de conservación general: El árbol se encuentra en un estado bueno de conservación, no se le aprecian plagas ni enfermedades, ni tampoco carencias de ningún tipo. El árbol no ha sido podado, pinzado ni recortado nunca. No se aprecian raíces espiraladas ni estáticas. Su fructificación es normal, y su desarrollo y tasa de crecimiento son adecuados para su edad y la zona climática donde se encuentra.

Usos más importantes: De la corteza se obtienen taninos. Su madera, muy dura y sólida, es utilizada para fabricar herramientas, suelas de madreñas, pavimentos y en ebanistería, marquetería, tornería. Antiguamente se utilizaba para fabricar carros, traviesas de ferrocarril, etc.. Es un buen combustible, estimada para fabricar carbón. Se utiliza para obras hidráulicas, por su resistencia. Es de gran utilidad en decoración y por su dureza, en la fabricación de parquet. Su leña tiene una gran importancia calorífica. Sus cualidades decorativas pueden encajar incluso en jardines pequeños, ya que el desarrollo de la encina puede ser controlado mediante podas, que soporta perfectamente. También es muy adecuada para grandes jardines y parques, aislada y en grupos (incluso muy juntas). De hecho, la encina es una de las pocas plantas que se pueden plantar muy cerca unas de otras, creciendo altas y robustas, sin perder hojas ni ramas bajas. Árbol noble que da una agradable sombra.

LA ENCINA DE LA CONSTITUCIÓN

Entre tantos árboles singulares que tiene nuestro parque Gasset, extranjeros en tierra de Castilla, destaca por ser autóctono y muy presente en nuestros campos manchegos esta encina.

            Situada entre la talaverana y el paseo principal, la encina se plantó ya crecida para conmemorar el aniversario de la constitución española y junto a ella ondea la bandera de España. Luce nuestra encina hermosa, verde y frondosa. A diferencia de las que están en el campo, ésta recibe un riego constante, está cuidada y mimada por nuestros jardineros y su aspecto es muy saludable.

Toca madera si quieres tener suerte, pero madera de encina, que de este árbol proviene el refrán. Cervantes, nuestro príncipe de los ingenios, menciona a la encina hasta 20 veces en su inmortal obra “El ingenioso hidalgo de La Mancha”.  Y es que este “quercus” es el árbol mediterráneo por excelencia, venerado desde la antigüedad, la cultura celta lo consideraba sagrado. Puede llegar a vivir casi mil años, hasta hace bien poquito teníamos nuestra encina milenaria, en el Valle de Alcudia, como ejemplo de porte y longevidad…

La encina es un árbol generoso, útil, aprovechable…. Es refugio y alimento para gran variedad de especies animales: el buitre negro, el águila imperial, la cigüeña negra, entre otros, la eligen en Cabañeros para anidar.  Sus bellotas son el alimento de cerdos, jabalíes, perdices, tórtolas… y más de uno de nosotros también habrá comido bellotas crudas o asadas, aunque haya quien despectivamente diga eso de: “eres más basto que un bocadillo de bellotas” 😉 Su madera se ha utilizado desde tiempos remotos para hacer carbón vegetal, para prender la lumbre en nuestras chimeneas, para hacer vigas, arados, herramientas de labranza, útiles de cocina…

La encina lucha también contra el cambio climático, absorbiendo gran cantidad de CO2 y transformándolo en oxigeno… Todo esto hace un árbol.

Hoy la encina vibra a ritmo de jazz…, con el concierto en la talaverana.

I.L.G

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