Nadie duda que las muertes conmemoradas fueron injustas e injustificables, nadie niega, ni les ha negado nunca, su derecho a rememorar a estas víctimas. Ahora bien, algo muy distinto es afirmar su apoliticismo o que murieran meramente por causa de sus creencias religiosas. El estudio de la conspiración para el golpe del 36 en nuestra provincia lo demuestra.
Ciertamente la ley de memoria Histórica declara que se honre y recupere la memoria de quienes padecieron injusticias. Es un hecho que este monumento, como los muchos más que hay en nuestra provincia, llevan ahí décadas. Tampoco se puede obviar que la dictadura nacional-católica honró, homenajeó y exhumó a sus víctimas con fondos del estado, quien lo dude puede consultar el BOE del primer lustro de los cuarenta para constatarlo. Y así hasta hoy. ¿Qué olvido han sufrido estas víctimas? ¿Les ha faltado un espacio digno de duelo y memoria en los últimos setenta años?
A quienes sí les ha faltado es a las familias de los vecinos de Mota víctimas del franquismo (datos documentados pero incompletos) Ramón Reguillo Martínez, asesinado en Cuenca; Faustino Cruz López, en Ocaña; Andrés Perea Contreras, Faustino Tirado Tirado, Isidro García García, Juan Lopezosa Ruiz, Laureano Cruz López, Lorenzo Izquierdo Valverde, Francisca Punteros López, y Victoriano Tirado Peñalver, en Uclés. Y a casi todos ellos aún hoy les falta.
El Partido Popular, en su línea, vota en contra de la retirada de símbolos anticonstitucionales. Unos pocos vecinos se amotinan en defensa de los mismos, otros organizan un “Acto de desagravio” con velas, en la estela de la también apolítica Acción Católica de los años treinta. Resultaría pintoresco y anacrónico, si no fuera por que muestra el apego de algunos sectores dentro de este partido a un régimen antidemocrático.
Ciertamente nadie tiene, pide o demuestra intención de retirar símbolos católicos. No confundamos, de hecho si se hubiera eliminado, en lugar de defender, la simbología franquista de estos monumentos, la polémica no habría surgido. Recordamos a monseñor Del Hoyo anunciando en el verano de 2004 su intención de retirar la cruz de José Antonio del muro de la catedral; Qué diferencia.
Concluimos, reiterando nuestro apoyo al ayuntamiento de Mota del Cuervo y solicitando a las instituciones regionales y locales que, superando el generalizado daltonismo simbólico, sigan el ejemplo de este ayuntamiento y apliquen la ley de memoria sin dilación.